Francisco Barbachano
Y se muere el amor
no se sabe cuándo,
ni se sabe como;
pero se muere el amor
igual que se muere el día
o se muere una flor.

Y se muere el amor
sin saber porqué
y se apaga la llama
del más profundo querer.
Se apaga, y en tinieblas,
transita nuestro ser.

Y se muere el amor
cuando menos lo esperas.
Y se apaga el delirio, 
y se duerme la entrega:
en otoño, en verano,
en invierno o primavera.
 
Y se muere el amor
no se sabe cuándo,
ni se sabe como;
pero se muere rel amor
inevitablemente,
como se muere todo.

Francisco Barbachano