
El Gobierno endurece aún más las restricciones de agua por sequía una vez que se entre en emergencia. Esta situación se prevé que sea de cara al mes de enero, una vez que los embalses de las cuencas internas bajen al 16%. Ahora están al 17,5%.
La Generalitat comienza a dibujar el escenario y ha anunciado que añadirá una serie de medidas. Una de las más destacadas es la prohibición del uso de duchas de los vestuarios en equipamientos deportivos. El consejero de Acción Climática, David Mascort, asegura que en algunos casos, el agua de las duchas supone más del 70% del consumo de estos espacios.
El Departamento de Acción Climática ha matizado posteriormente que cuando el sistema Ter-Llobregat entre en estado de emergencia, previsiblemente durante el mes de enero, sólo cerrarán las duchas de instalaciones deportivas y gimnasios que tengan que llenar la piscina o regar el césped. Será, por tanto, un mecanismo compensatorio a cambio de utilizar el agua en estos otros dos usos, pero no será una medida generalizada, como había dado a entender el consejero en rueda de prensa después de la reunión del Consejo Ejecutivo.
Las demás medidas incluyen la prohibición temporal de abrir nuevas granjas, industrias o actividades turísticas que gasten mucha agua hasta que no se recuperen los embalses. También se reducirá los caudales ambientales mínimo de los ríos Ter, Llobregat y Muga.
El Govern asegura que todas estas medidas permitirán alargar las reservas de agua entre seis y nueve meses. En cambio, flexibilizarán la restricción de riego y permitirán que los ayuntamientos rieguen árboles para evitar su muerte y garantizar refugios climáticos de cara al verano.