
La primera planta de lavado y tratado de lana de oveja de Catalunya se construirá en Tagamanent con una ayuda de 531.000 euros de la Agència de Residus de Catalunya. Se rehabilitará el antiguo restaurante en ruinas junto a la C-17 y contará con un sistema de lavado y procesamiento de lana para las explotaciones más pequeñas de la zona. Se calcula que podrá tratar 450 kg de lana al día, dando unos 270 kg de lana limpia y revalorizando así un producto que ahora mismo se considera un residuo porque los ganaderos no pueden tratarlo de forma competitiva.
El consejero de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, David Mascort y Subiranas, ha explicado esta mañana durante una visita a Tagamanent que este municipio, dentro de la Reserva de la Biosfera del Montseny, dispondrá el próximo año de la primera planta de lavado y tratamiento de lana ovina de Cataluña. Lo hará gracias a una subvención de 531.341,42 euros de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), que permitirá desarrollar un sistema de lavado y procesamiento de reducidas cantidades de lana, accesible para las explotaciones ganaderas más pequeñas de la zona. El sistema permitirá valorizar la lana, desde su clasificación y lavado hasta el cardado y hilado, generando un producto final con alto valor añadido y una potencial demanda en el mercado.
El consejero, que ha realizado la visita acompañado de la directora general de Agricultura y Ganadería, Elisenda Guillaumes i Collell, y del director del ARC, Isaac Peraire i Soler, ha enfatizado la importancia de este proyecto para el bienestar animal y para la economía local. “La creación de esta planta de tratamiento de lana en Cataluña no sólo supone un paso adelante en la sostenibilidad textil, sino que también abre las puertas a un cambio significativo en la valorización de la lana ovina y el papel en la economía circular” , ha afirmado Mascort.
La iniciativa, ha detallado el conseller después de un encuentro con el alcalde, Ignasi Martínez Murciano, “responde a las necesidades detectadas en el territorio”, ya que un número significativo de explotaciones ganaderas pedían esta instalación debido a la ausencia de plantas de este tipo en Cataluña y en la escasez de instalaciones similares en el resto del Estado. Sin embargo, la puesta en marcha de la planta no sólo es fruto de una demanda local, sino que también podría impactar en la industria textil de todo el país, reduciendo la huella de carbono asociada a la importación de lana y fomentando estándares ambientales más rigurosos en el procesamiento de ese material.