Por su censo, Cardedeu,
doce médicos le corresponden
y simplemente hay cuatro
lo cual es un cachondeo;
un problema sin medida
que sólo invita al cabreo.
La enfermería agotada
y escasa de personal,
ejerce unas funciones
con gran voluntariedad;
sin ser de su competencia
actúan con normalidad.
El personal recepcionista
es un sufridor perpetuo;
no da el abasto en atender
ni a pacientes, ni al teléfono,
y hasta aguanta algún exabrupto
de quienes pierden los nervios.
Los que han de solucionar
ese evidente entuerto,
pasan olímpicamente
como si estuviesen muertos;
es obvio que se la pisan
tanto ellas, como ellos.
Francisco Barbachano