
Este martes, los representantes de los 34 estados del programa europeo URBACT han pisado la avenida del Vallès para conocer de primera mano el modelo de regeneración urbana que supondrá la transformación de una carretera altamente motorizada, la N-150 en una avenida metropolitana que une y conecta diferentes municipios. La visita se enmarca en la reunión del Comité de Seguimiento de la URBACT, que ha acogido el AMB, de la mano del Ministerio de Hacienda del Gobierno español, con motivo de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.
El encuentro ha contado con los cuatro alcaldes de los municipios afectados por el proyecto: Carlos Cordón, alcalde de Cerdanyola del Vallès; Bartolo Egea, alcalde de Moncada i Reixac; Luis Tirado, alcalde de Ripollet, y Xavier Garcés, alcalde de Barberà del Vallès.
Antes de realizar la visita sobre el terreno, Damià Calvet, vicepresidente de Políticas Urbanísticas y Espacios Naturales del AMB, ha dado la bienvenida al Comité en una reunión en la sede del AMB y ha apuntado que la transformación del N -150 en la avenida del Vallès responde a los retos metropolitanos: “Debemos pensar con un enfoque holístico e integrado metropolitano, donde características como la multifuncionalidad, la integración, la regeneración urbana, el transporte público, la movilidad activa, la inclusión social , la seguridad, la biodiversidad, las infraestructuras verdes, el aire limpio, los espacios abiertos o la continuidad estén activadas”.
Durante el encuentro, los cuatro alcaldes han expuesto cómo el programa URBACT les ha servido para fijar una hoja de ruta conjunta y transformar la N-150 en una vía para las personas, donde la movilidad sostenible y la naturaleza son prioritarias.
El proyecto Avenida del Vallès se enmarca en la red RiConnect, una de las 23 redes de acción que forman parte del programa europeo URBACT, un programa de cooperación territorial para fomentar el desarrollo urbano integrado y sostenible.
Actualmente, la N-150 es una de las principales carreteras del Vallès Occidental, por donde circulan entre 15.000 y 40.000 vehículos diarios en función del tramo. El volumen de tráfico motorizado y el tipo de movilidad provoca problemas de ruido y contaminación atmosférica y actúa como barrera dentro de los municipios por los que pasa.
El proyecto pretende que la vía sea un espacio amable y pacificado, con el objetivo de favorecer la movilidad sostenible (a pie, en bicicleta y transporte público), la sostenibilidad y la integración paisajística para superar la fragmentación territorial, así como dotar de servicios y vitalidad los espacios del entorno para que sea un espacio atractivo y cohesionador.