El Ayuntamiento de Figaró-Montmany ha declarado el Santuario de la Mare de Déu de Puiggraciós como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) con el objetivo de proteger el conjunto y garantizar la preservación de sus elementos con mayor valor artístico. La Diputació de Barcelona ha elaborado el informe que ha permitido esta declaración.
La Oficina de Patrimonio Cultural (OPC) de la Diputación es la responsable del informe preceptivo que justifica la declaración como BCIL de este santuario edificado entre los años 1701 y 1711 en un lugar muy cercano donde, según la tradición, se encontró la imagen de la Virgen María. El conjunto está conformado por un templo, una casa y otras dependencias anexas que se adaptan a la morfología natural del terreno y presentan varias alturas. Históricamente el santuario ha formado parte de la parroquia de Montmany, pero desde después de la Guerra Civil se encuentra vinculado a la parroquia de L’Ametlla, aunque, administrativamente, pertenece a Figaró-Montmany.
El informe de la OPC destaca como valores que han llevado al santuario a ser declarado BCIL, su papel como espacio de espiritualidad vinculado con las peregrinaciones que desde el siglo XVIII se realizaban, y especialmente con su popularización como espacio de encuentros y excursiones a lo largo de los siglos XIX y XX.
Aunque el espacio sufrió un importante destrozo durante la Guerra Civil, que significó la desaparición de su impresionante retablo barroco, es notable la importante labor de rehabilitación arquitectónica realizada posteriormente, a la que se suma la recuperación de la vida religiosa del santuario por parte de la comunidad benedictina desde 1973.
El estudio destaca como en este tiempo, el santuario de Puiggraciós se ha convertido en un espacio de referencia en el territorio por su valor como punto de encuentro y de espiritualidad, además de disfrute de la naturaleza, de festividad y de acogida de la comunidad, que sobrepasa los límites del municipio.