El teatro del Coro de Sentmenat reunió ayer a más de 150 personas, entre grupos municipales y vecinos en una iniciativa organizada por el grupo Protegim l’Entorn de Sentmenat (PES) preocupados por las obras que han empezado en el paseo del Castell en las últimas semanas. La protección de la plana del Castell ha generado uno de los movimientos populares locales con mayor repercusión desde el 2001. El acto sirvió para poner en evidencia que, 20 años después, ninguno de los representantes políticos hubiera impulsado el Plan que ahora se veían obligados aprobar.
Tanto los grupos de Govern, como los partidos de la oposición alegaron durante el acto que la edificación de la plana del Castell era ‘inevitable’ porque el Plan ya estaba aprobado, y que sucesivamente, los consistorios habían ido aprobando las fases del proyecto porque se lo habían encontrado sobre la mesa, con reproches de unos a otros respecto a las actuaciones pasadas. Reproches que levantaron las críticas de los asistentes, que pidieron en varias ocasiones poner punto y final a las peleas partidistas y trabajar todos los grupos conjuntamente para «aprender del pasado y evitar repetir errores como los del Castell».
El PES recoge parte de los integrantes de la movilización popular que desde el año 2001 mantuvo el antiguo GEPS y el ADENC para detener un plan parcial que, a cambio de la cesión del Castell por parte del Marquès a Sentmenat, pretendía edificar una amplia zona junto al edificio con una alta densidad de viviendas. La lucha por la protección de la plana del Castell supuso un largo litigio popular y jurídico, con un gran desgaste social, que acabó quince años después con una reducción de la edificabilidad y la zona afectada, fruto de la aplicación de una sentencia de compleja ejecución que, sin embargo, era favorable a los demandantes.
La activación del proyecto se ha producido recientemente, según explicaron ayer los representantes municipales, ya que la SAREB, principal propietario de los terrenos, comunicó al Ayuntamiento la pasada legislatura que quería activar la construcción del Plan Parcial. Tras varias negociaciones esencialmente sobre quién asumía el coste de la zona verde, el proyecto ha continuado su curso, ha sido aprobado el plan de reparcelación y en septiembre ya se han iniciado las obras. Sin embargo, también se supo ayer que las obras están provisionalmente suspendidas por la Generalitat, por el incumplimiento de la normativa que afecta al patrimonio arqueológico como es preceptivo por su ubicación.
El encuentro derivó en una discusión entre público y partidos sobre otras muchas cuestiones; la necesidad de permitir la construcción de más vivienda cuando hay varios planes que no han alcanzado ni mucho menos su ocupación, como Can Vilar o Can Perich, el hecho de que el modelo de vivienda de la plana del Castell con casas adosadas no solucionará el drama del acceso a la vivienda por parte de los jóvenes del pueblo, la necesidad de un debate conjunto sobre cuál es el modelo de pueblo de futuro, crecer o no crecer, la futura variante, una de las actuaciones de gran repercusión municipal que está justo ahora en el primer trámite informativo, o la caducidad del Plan de ordenación municipal vigente, que es de 1998. En cuanto al plan del Castell, el PES volvió a reivindicar la necesidad de trabajar para la restauración y conservación del Castell, una joya patrimonial del municipio que, casi 30 años después de su cesión, todavía no tiene plan de usos.
Como conclusión, el público clamó por la necesidad de integrar la voluntad popular en la toma de decisiones políticas por la vía de la participación ciudadana, como práctica necesaria de hoy en día para no cometer errores irreparables y preservar un entorno que es el principal valor del pueblo.