Enseñemos a los niños que la vida es de quien ama; enseñémosles a vivir apuntando su mirada no a ese punto de mira de un arma que hiere y mata. Ofrezcámosles lecturas de ilusiones y esperanzas, cuentos cuyos cimientos edifiquen bien sus almas; con peldaños de poesía que al ser humano ensalzan. Hablémosles de la fuerza que el intelecto apuntala; démosles papel y lápiz y no escopetas cargadas si queremos formar hombres y no bestias desalmadas. Conmueve la noticia cada vez más reiterada, de que un niño ha disparado de forma indiscriminada. acabando con la vida de un inocente, caramba! Francisco Barbachano