Enseñemos a los niños
que la vida es de quien ama;
enseñémosles a vivir
apuntando su mirada
no a ese punto de mira
de un arma que hiere y mata.

Ofrezcámosles lecturas
de ilusiones y esperanzas,
cuentos cuyos cimientos
edifiquen bien sus almas;
con peldaños de poesía
que al ser humano ensalzan.

Hablémosles de la fuerza
que el intelecto apuntala;
démosles papel y lápiz
y no escopetas cargadas
si queremos formar hombres
y no bestias desalmadas.

Conmueve la noticia
 cada vez más reiterada,
de que un niño ha disparado
de forma indiscriminada.
acabando con la vida 
de un inocente, caramba!

Francisco Barbachano