Hoy me he quedado a solas, a solas conmigo mismo y me he cantado la caña; tan cierto, como les digo, diciéndome unas cosas que hasta me he conmovido. Yo nunca había hablado tan seriamente conmigo. Me ha cogido de sorpresa y ciertamente no he sabido contradecir a mi verbo, de todo lo que me he dicho. Hoy me he despachado a gusto, amigos míos. Me he dicho unas verdades que nunca había oído; y las verdades ofenden aunque sean de uno mismo. No recomiendo a nadie lo que hoy me ha sucedido. Al final me he despertado del cabreo que había cogido y sin darme cuenta, amigos, poco a poco me he dormido. Francisco Barbachano