Hoy me he quedado a solas, 
a solas conmigo mismo
y me he cantado la caña; 
tan cierto, como les digo, 
diciéndome unas cosas
que hasta me he conmovido.

Yo nunca había hablado
tan seriamente conmigo.
Me ha cogido de sorpresa
y ciertamente no he sabido
contradecir a mi verbo,
de todo lo que me he dicho.

Hoy me he despachado
a gusto, amigos míos.
Me he dicho unas verdades
que nunca había oído; 
y las verdades ofenden
aunque sean de uno mismo.

No recomiendo a nadie
lo que hoy me ha sucedido. 
Al final me he despertado
del cabreo que había cogido
y sin darme cuenta, amigos,
poco a poco me he dormido.

Francisco Barbachano