Francisco Barbachano
Funesto fue el camino 
de una limpiadora de hogar, 
que trabajando cantaba
con el arte de cantar;
ello le llevó a la fama
de forma muy singular.

María Jiménez, trianera
de la cabeza a los pies,
por amor cayo en las garras 
de quien no debió caer
y, así sufrió malos tratos, 
una vez y otra vez.

Mujer de gran fama
y de atormentada vida,
un día de esos nublados
como ella bien decía
tuvo que vivir la muerte
de su adorada hija.

Descansa en paz sevillana
víctima de tantos males; 
que hasta el cáncer se ensañó
con tus órganos vitales.
Hoy mis ripios, gran artista, 
reverencian tu semblante.

Francisco Barbachano