
La Fiscalía ha solicitado una pena de nueve años de prisión para un hombre acusado de drogar y violar en repetidas ocasiones a una turista en su piso de Granollers. El juicio tuvo lugar el pasado lunes en la sección quinta de la Audiencia de Barcelona y se espera la sentencia. La defensa ha pedido la nulidad argumentando que parte de la investigación se llevó a cabo fuera de plazo, cuestión que será resuelta por el tribunal en la sentencia.
La denuncia fue presentada por la mujer en Londres, donde residía en ese momento, dos años después de haber conocido al acusado. Este niega haber mantenido relaciones sexuales con ella o haberla llevado a su domicilio en Granollers después de drogarla.
La víctima, que ha declarado por videoconferencia desde Australia, relató que conoció al acusado a las afueras de su hotel en el Paseo de Gràcia. Él iba acompañado de otro hombre y juntos fueron a una cafetería y luego a un bar, donde la invitaron a tomar una cerveza y vodka, de los cuales ella no bebió mucho.
“Comencé a sentirme mareada y fui al baño”, relató. “No pude salir de allí porque sufrí un apagón”, agregó. Posteriormente, solo recuerda fragmentos de diferentes momentos, como encontrarse dentro de un tren y luego en una habitación, donde recuerda estar desnuda y haber mantenido relaciones sexuales con el acusado en varias ocasiones. La mujer afirmó que en ningún momento consintió tener relaciones sexuales.
Al despertarse al día siguiente, descubrió que no tenía dinero en su bolso y el acusado, junto a otro hombre desconocido, la llevaron de vuelta al hotel en tren. El personal del hotel tuvo que pedir un taxi para que pudiera ir al aeropuerto, ya que había perdido su vuelo programado. La mujer recordó cómo el personal del hotel tuvo que apartar al acusado porque querían evitar que subiera al taxi, mientras le decían que se quedaría muchos días.
Uno de los empleados del hotel, testigo en el juicio, corroboró la versión de la víctima y recordó que estaba preocupado porque parecía desorientada y su comportamiento indicaba que estaba drogada. Además, explicó cómo tuvo que enfrentarse verbalmente a varios hombres para que la mujer pudiera entrar sola al taxi.
La mujer afirmó que no se sintió bien hasta llegar al aeropuerto de Londres, donde residía en ese momento. Dos días después acudió al médico, pero no presentó denuncia porque estaba pasando por una situación muy difícil a nivel psicológico. También mencionó que pudo identificar al acusado porque este le había escrito su nombre y dirección de correo electrónico en un recibo, lo que le permitió localizarlo en las redes sociales.
Una de las pruebas clave es una mancha de sangre encontrada en el pasaporte de la mujer, que los forenses han confirmado que coincide con el perfil genético del acusado.
Por su parte, el acusado declaró que ese día estaba de fiesta con sus amigos y se encontraba en un bar cuando empezó a sangrar por la nariz y apareció la mujer, quien se ofreció a ayudarlo limpiarle la sangre con un pañuelo. Según él, esa es la razón por la cual había sangre en el pasaporte.
El acusado explicó que la mujer se dio cuenta de que le faltaba dinero y él se ofreció a ayudarla, incluso le proporcionó sus datos de contacto. Sin embargo, decidió irse del bar solo al ver que ella estaba acompañada por otros hombres y quería evitar problemas.
La Fiscalía considera que el testimonio de la mujer es lo suficientemente coherente y está respaldado por las pruebas presentadas. Por lo tanto, mantiene su petición inicial de una pena de nueve años de prisión, diez años de libertad vigilada, orden de alejamiento y una indemnización de 10.000 euros.
Se destaca como prueba clave una mancha de sangre encontrada en el pasaporte de la víctima, la cual ha sido confirmada por los forenses como coincidente con el perfil genético del acusado.
El juicio ha concluido y ahora se espera la sentencia por parte del tribunal de la sección quinta de la Audiencia de Barcelona.