No me digan que no es lujo
tener hijos y nietos
sean del sexo que sean
y verles siempre contentos;
estando todos pendientes
de sus padres y abuelos.
Lo digo y lo pienso así:
la institución familiar
es el conjunto humano
de toda la sociedad.
Y que merece respeto,
nadie lo puede dudar.
Todos somos diferentes:
hombres, mujeres y niños,
somos el gran engranaje
del conjunto familiar;
y si reina la armonía
es perfección sin igual.
Me reafirmo sin dudarlo
de lo dicho anteriormente:
es un verdadero lujo
disfrutar familiarmente
de cariño sin reservas,
que hace vivir felizmente.
Francisco Barbachano