José Manuel Gómez

Es un dato notorio, pues basta mirar la hemeroteca, para contrastar que “la problemática Filosofía”, la intentan suprimir, tanto los partidos de izquierdas, como de derechas, el PSOE en los años 90, y el PP en el 2011. Con el plan educativo del E.S.O., en esa línea, pasa lo mismo;  es un cambio radical legislativo de los años 90, tendente a un nivel de exigencia mucho menor que el anterior. Nueva pedagogía, menos teórica y más práctica nos vendían, rompiendo así la secular tendencia europea y copiando el sistema anglosajón. El fin, es que los niños fuesen felices, pasando de curso pese a reiterados suspensos, hasta que les llegará la nota de corte de acceso a la Universidad. Los resultados hoy, están a la vista de todos: un ciudadano más simple, más manipulable, menos problemático en suma. ¿Los motivos? Se precisaban más alumnos para la F.P., pues también es cierto, que en los 80, hubo una masiva incorporación a la Universidad que hasta entonces les estaba vedado a muchos sectores sociales. Pero  también, en las hemerotecas, existe la causa principal, y que no es otra, que “unos cuantos suicidios de niños”, cosa que al menos, el Estado es sensible. En dichas muertes, no sería descartable, que en parte  fuese resultado de un “acoso escolar” en aquellos años aun no detectado. Ese mismo comportamiento del Estado, se ha  podido observar también con los paralelos suicidios consecuencia del problema hipotecario desde 2008, donde Rajoy, hizo un Real Decreto en Noviembre de 2012, firmado por él, pero con la evidente presión en su muñeca de los bancos, conforme si se cumplían una serie interminable de requisitos (tener un menor, incapaz, sueldo por debajo del SMI….) se permitía a la familia seguir en la vivienda por unos años. ¡Pero sorpresa!, bastaba que el ejecutante de la hipoteca, cediese a un tercero el remate antes de la ejecución para que todo fuese papel mojado. Así paz social para todos y gloria  para unos cuantos. Ya lo decía el poeta: “españolito que al mundo vienes…..”; o el sabio refranero del pueblo: “quién hace la ley…”

  Todo este rollo, que les sonara a la mayoría chino mandarín, es simplemente un sutil entremés, más bien desconocido, tendente a prepararlos para ver los efectos nefastos de estas políticas antifilosóficas,– hecho bastante común por otra parte en todas las democracias occidentales, donde ahora también se estila obviar las respectivas historias nacionales, no se sabe bien con que extraños fines-. Eso nos permitirá,  analizar un hecho actual, como es  la invasión de Ucrania por Rusia de la mano de Putin, quien aparentemente ha violado las más elementales normas de derecho internacional instauradas históricamente por las democracias liberales de Occidente, que tienen sus oportunos órganos sancionadores, caso de  T.P.I. -promocionado por EE.UU, pero al cual no quiere someterse-, curioso, ¡vuelve lo de la trampa y la ley!. Y lo más importante observar los frutos de esa nueva enseñanza “light” o “ descafeinada”, pues se constata que los ciudadanos, en su inmensa mayoría, piensan y se guían, solo con las imágenes que les muestran, el dolor de la guerra (efecto), y se alinean con el supuesto bueno y con su particular club de guerra – OTAN-, como si mero club de futbol se tratara, organización que defiende teóricamente  el “statu quo” y las libertades,  con la generalidad de sus políticos dirigentes nacionales,  que incitan a “darle una soberana paliza económica al adversario malo”, mientras tienen que observar atónitos, que ellos y su calidad de vida, también pasan a ser parte del drama; pero aun así, a la mayoría, ni se les ocurre pensar en las “causas”, pues entre otras cosas, requiere un esfuerzo para contextualizar, analizar, deducir.  Ese error de no contextualizar, lo comenten incluso grandes intelectuales, (suponiendo no estén ya alineados por intereses concretos)  que están convencidos, que en derecho internacional, se estila una democracia y unos derechos similares a los que goza el ciudadano en los respectivos países, cuando es obvio que no es así.

  Eso de no esforzarse en contextualizar, paradójicamente, a diferencia del derecho anglosajón, también ocurre en nuestro derecho en un juicio leve por ejemplo, donde se limita la defensa del acusado y del denunciante a un momento concreto de los hechos, impidiendo hacer referencia a otro incidente anterior del que traiga causa (caso por ejemplo de una agresión previa en el tiempo). Otras veces por el contario, siendo más coherente, permite un prisma más amplio, por ejemplo, no solo se condena al homicida, sino también al autor intelectual.

   ¿Cómo se afrontó en un principio la crisis bélica? Obviamente con una sola óptica, la de la OTAN y la alineación de la totalidad de los  medios de información, puesto hasta bien entrada la segunda quincena de marzo de 2022, no se permitía, salvo algunas excepciones – este periódico por ejemplo, en “la trilogía del arte de la guerra”, los cuales partían y hacían un símil con la crisis de los misiles de Cuba de 1962 – . Ni una voz disidente que diese otro enfoque, no de los “efectos” devastadores: la invasión, si no de las “causas” originadoras del mismo, y que sería el notorio incumplimiento de los acuerdos verbales de la OTAN y  Gorbachov a principios de los 90, que se incumplieron en 1997 con la incorporación de Hungría, Polonia, Checoslovaquia, más las repúblicas bálticas  en 2004. A lo anterior, había que sumarle, las inminentes perspectivas de Ucrania de entrar en la OTAN, aunque más bien, ahora somos conscientes que dicho organismo atlántico, supuestamente de “defensa”, estaba muy instaurado  ya dentro del país;  donde además había unas regiones de habla y sentimiento pro ruso que estaban siendo represaliadas duramente  por el régimen de Kiev. No pretendemos ignorar, otras razones implícitas obvias, pero que tal vez no hubiesen entrado en acción, si como popularmente suele decirse, no se le hubiese dado al ladrón la ocasión: expansionismo nacionalista, materias primas

 Finalmente, sobre el 20 de marzo, terminada esa inicial censura mental de los medios, se permitió ver el conflicto desde otras ópticas posibles. Así, un periódico en la contraportada publicaba una entrevista con un estratega chino, especialista en política internacional, a quien la entrevistadora le preguntaba ¿no le duele las lágrimas de los niños? a lo que respondía: Si claro, pero centrémonos ahora en las previas causas  y no en el mero efecto. Personaje que terminaba la entrevista, preguntando él mismo a la periodista: Dígame ¿quién está principalmente sufriendo las consecuencias económicas de la guerra? Europa por supuesto, con una inflación galopante, fruto de ir alegremente a la guerra sin pensar previamente en esa dependencia casi absoluta de varios países de la energía cuyo proveedor era el declarado enemigo. Europa, cuyos viscerales dirigentes, competían en ser el más eficaz “camarero” para servir al Tío Sam. Cayeron en la eterna trampa que sería un mero paseo triunfante, más  frente a un país que teóricamente tenía escasamente el PIB de Italia. Craso error, pues enfrente, tenían  una mente fría, lucida y estratégica que llevaba planificando minuciosamente su particular jugada de ajedrez durante muchos  años sucesivos, alimentado por el rencor de esta humillación previa de Occidente, y del abandono posterior de Europa, que prefirió ignorarla en vez de apoyarla en ese cambio tan traumático socio político y económico; dirigente ruso, que  había previsto minuciosamente la práctica totalidad de los posibles avatares futuros, incluyendo acuerdos con una superpotencia como intereses expansionistas similares, y con la misma intención de instaurar un nuevo orden internacional de facto.

 La jugada de EE.UU., a su vez, era perfecta de manual clásico: conflicto habitual fuera de casa, pulso al eterno rival y llevarlo al límite sin arriesgarse directamente, para así consolarse en parte de sus continuas históricas derrotas globales. Tenía además, como verdadero conejo de laboratorio, un pueblo predispuesto a arriesgarse en un enfrentamiento directo y temerario ante uno de los ejércitos más potentes del mundo, rival que además, posee más ojivas nucleares que todo el resto de Occidente juntos. Además el país americano, como proveedor, pasaba automáticamente a ser el mayor suministrador de energía y de otros productos de consumo, anulando así a su competidor más directo en Europa, y su empleo crecía mensualmente en cuatrocientas mil personas. Jugada perfecta en definitiva, pues se convertía a la par, en el mayor suministrador de armas, más al obligar al incremento generalizado en defensa a todos los miembros, y adicionalmente como atentica loteria, de rebote, incorporaba a nuevos miembros, resultado del miedo e incerteza futura de la situación creada por ella misma.

Bien, ahora volvamos a centrar el objeto del artículo, y que no es otro, que toda visión diferente a la oficial en Occidente, era interpretada claramente como comunista. La realidad podría ser  otra,  en base a esa también desterrada filosofía que es el principal instrumento de avance de nuestra civilización humana, pues sin ella, difícilmente existiría nada, incluyendo las formas de pensamiento políticas, económicas, o  las meras constituciones con sus derechos públicos y privados.

 Observen que la Filosofía se mueve esencialmente por premisas, la mayor, la menor; y de ellas, extraemos consecuencias lógico humanas que habituamos a transmitir a lo jurídico y nuestro general comportamiento social, buscando así la opción más interesante e inteligente entre múltiples variantes, que nos permiten a hacer frente a cualquier problema, desde lo cotidiano a lo universal. Así pues, como punto de partida y sin entrar en detalles, para no extendernos, es obvio, que éste, no es un mero conflicto clásico o convencional, al que bastaría  con aplicar unas meras normas típicas de la guerra desde todos los tiempos y donde había un claro vencedor y un vencido (opción A/B). Esas premisas, es en este concreto supuesto son inexistentes y vanas, puesto que toda victoria aplastante de uno u otro bando, toda humillación posible, solo repercutiría en un resultado:” la muy probable extinción de la Humanidad”, silogismo final por razonamiento deductivo.

   Como símil, en el caso que no estuviese el determinante factor “atómico” por medio, aun en la hipótesis de que Putin fuese un genocida y esto fuese una mera guerra convencional, recordemos precisamente a un escritor que encarna el alma rusa, F. Dostoyevski, el cual en su inmortal obra “Crimen y castigo”, nos viene más o menos a decir:  “Si con el mero asesino no se negocia, con el asesino en masa, es obligatorio”. ¿Que hizo EE.UU con los responsables del genocidio japonés por ejemplo a diferencia de la Alemania nazi?; y donde por cierto, el uso del arma  atómica en Japón para acabar así antes  la guerra  y no arriesgar a sus soldados, se deduciría  que dicho país, no es precisamente ejemplo moral ni ético para  especular frívolamente con el  tema atómico como también lo está haciendo

  En definitiva, filosóficamente, habría variantes: A: unos ganar, B: otros perder, y C: en caso de A o B, desaparecer todos simple y llanamente como especie. La cosa es fácil, incluso para este columnista que a duras penas aprobaba la ardua asignatura. Como conclusión final, es imperativo restablecerse la cordura, ya con independencia quién haya tenido más o menos participación en las causas-efectos, y quien lo diga, ejerciendo su libertad de expresión, no  necesariamente debe ser  A: comunista,  y si posiblemente B: libre pensador con una visión histórica obvia de la previa experiencia de la crisis de 1962, que la aplica al momento  actual, quien tiene la indiscutible certeza absoluta del inminente y letal riesgo nuclear, con la diferencia y agravante, dicho sea de paso, que en su día, había dos inteligentes dirigentes carismáticos de las potencias implicadas, que dieron opción a la una solución negociada en el convencimiento que “la premisa mayor era tener todos futuro”, incluyendo las venideras generaciones, sus hijos en definitiva; mientras que en la crisis actual,  solo falta el típico error del incompetente o halcón  de turno, del mero  traficante de armas, para provocar lo que no tendría ya retorno. Esta premisa del tonto de turno, curiosamente, también queda documentado en la hemeroteca, y era, lo que más aterrorizaba tanto a Kennedy, como a Nikita  (derribo de un avión americano, o el acoso de la armada americana a los navíos rusos en la zona). También, como no, podría ser algún inteligente político, que afirme por ejemplo: “que como Rusia haga tal o cual cosa, sus ejércitos desaparecerán de facto del suelo ucraniano”.

José Manuel Gómez