Es la farsa y la mentira
nuestro pan de cada día
y ese ¡YO! que conduce
a la absurda egolatría,
que los hombres alimentan
casi siempre sin medida.
Pasar así por la vida
es falsedad y mentira,
donde el valor de lo humano
no es más que mercadería;
mercaderes que, del ego,
hacen su norte y su guía.
A mi me parece triste
ese autodefinirse;
que el mérito de cada hombre
está en aquello que opinen,
los que observando su obra
la ignoren, o glorifiquen.
Cada uno es cada uno
y cada cual cada cual.
Nada es a gusto de todos
para bien o para mal.
El ser humano es un mudo
y no hay ninguno de igual.
Francisco Barbachano