Francisco Barbachano
Es la cala Codolar
antaño el viejo puerto:
refugio de barcas blancas,
expresión de sentimientos,
inspiración del poeta
para sus versos veleros.

Queda rezagada toda
al amparo del silencio.
Custodiada a todas horas
por las vigías almenas,
y la majestuosidad
de sus murallas de piedra.

Es la cala Codolar
de Tossa, como una perla: 
una joya irrepetible
dentro de la concha abierta
para que al amparo suyo, 
yo desgrane mis poemas.

Cada día al despedirme
de su luz y su misterio,
cuando ya tengo en mi mente
las estrofas de mis versos, 
presiento que ella me dice:
¡adiós poeta, hasta luego!

Francisco Barbachano