
No podrá ser: el espacio natural de Sant Miquel del Fai no podrà abrir este verano como quería su propietario, la Diputación de Barcelona. De nuevo los contratiempos hacen que la esperada reapertura del espacio natural se tenga que retrasar hasta el próximo otoño.
Así se lo ha comunicado esta semana la Diputación a los alcaldes de la zona, durante una visita al lugar. Las razones del actual retraso son los peligros que implica trabajar con maquinaria en el lugar en el actual contexto de sequía y peligro de incendios. En la actualidad se están acabando las obras del aparcamiento y el acondicionamiento de los caminos interiores del itinerario visitable, así como las obra de la casa Prioral.
La corporación provincial compró la propiedad en mayo del 2017 y ya ha invertido casi 5 millones de euros en el espacio natural para su reapertura en las máximas condiciones de seguridad.
Los trabajos de acondicionamiento, sin embargo, ya están en su fase final y la Diputación ya se está trabajando en la contratación de un sistema de control de accesos y de un equipo de informadores.
A lo alcaldes les presentaron los planes de futuro para Sant Miquel del Fai que pasan por promover la gestión activa para la conservación y mejora del patrimonio natural y cultural; fomentar la calidad educativa y divulgativa; abrir la finca a todo tipo de público y facilitar la accesibilidad universal; priorizar el recinto como espacio distribuidor de visitantes hacia los territorios más próximo y darlo a conocer como uno de los lugares más emblemáticos de Catalunya.
La visita a Sant Miquel del Fai incorporará un itinerario con 12 puntos de interés, entre los que no faltarán los riscales, las grandes paredes formadas por rocas sedimentarias, y las cavidades naturales abiertas por el efecto erosivo del agua; la iglesia románica de Sant Miquel, una singular construcción troglodítica del siglo X; los saltos de agua del Rossinyol y el Tenes; el lago de las Monges; las cuevas de Sant Miquel y de les Tosques; la casa Prioral, edificio de los siglos XVI y XVII; o la pequeña ermita de Sant Martí, otro templo románico de los siglos XII y XIII.