El acero ha tenido mucho peso en la construcción ya desde el siglo XIX, cuando se construyeron los primeros rascacielos en Chicago. Hasta entonces, las constructoras utilizaban el hierro fundido.

El acero demostró con creces ser más resistente al fuego y, por tanto, fueron los perfiles de acero en U o perfiles UPN los que se utilizaron más adelante para construir edificios altos. Y desde entonces, el acero no solo se ha convertido en uno de los mejores materiales para la construcción, sino que además ha establecido una estrecha relación con la economía internacional.

El acero destaca ante todo por su gran resistencia y funcionalidad. De un tiempo a esta parte, el acero ha ido evolucionando para satisfacer la demanda del sector de la construcción y la arquitectura. Los edificios con estructuras metálicas resultan cómodos y fáciles de manejar, además de ser menos costosos a la hora de transportarlos y almacenarlos, en comparación con otros materiales de construcción. Y es que el acero no se dobla hasta que se encuentre sometido a una determinada carga, lo que lo hace muy indicado para la construcción de edificios de grandes dimensiones para conseguir unas paredes rectas y unas esquinas cuadradas. Los perfiles utilizados en la estructura permanecen en su posición durante mucho tiempo gracias a su resistencia.

Ventajas e inconvenientes del acero como material para la construcción

Las ventajas que ofrece el uso del acero en la construcción:

  • Mayor rigidez del marco de acero.
  • Alta calidad y aspecto visual del material.
  • Económico a la hora de transportar y almacenar.
  • Resistente al fuego.
  • Reutilizable muchas veces.
  • La construcción es muy resistente, duradera y estable.
  • Las estructuras metálicas pueden facilitar la más alta calidad de las estructuras sin dejar de ser resistentes.
  • Resistente a los cambios de temperaturas.
  • El marco de acero es rígido y estructuralmente estable.
  • Al utilizar acero, la estructura se construye más rápido.
  • La construcción es más económica.
  • Energéticamente eficiente e inocuo.

No obstante, el acero no es un material ideal para la construcción, puesto que también tiene algunos inconvenientes.

Los inconvenientes del acero como material para la construcción:

  • El acero se corroe en zonas muy húmedas, zonas costeras y en espacios interiores húmedos (como los baños). Para proteger la estructura los constructores deben utilizar revestimientos de agentes anticorrosivos.
  • El acero es un buen conductor térmico y, por tanto, no es ideal cuando se requiere aislamiento. Para mejorar la eficiencia energética de un edificio de acero hace falta un aislamiento adicional.

Tipos de barras de acero

Generalmente se utilizan dos tipos de barras o varillas de acero en la construcción: las barras de acero blandas y las barras de acero deformadas.

  • Barras de acero blandas

Se emplean sobre todo en construcciones de hormigón armado debido a su gran resistencia a la tracción. Son de superficie lisa y sus diámetros oscilan entre 6 y 50 mm. Se utilizan principalmente en vigas y soportes estructurales y se suelen fabricar muy largas, además, tienden a doblarse con facilidad.

  • Barras de acero deformadas

Son barras de acero deformadas en su superficie. Las barras deformadas tienen una mayor resistencia a la tracción en comparación con las barras de acero blandas.

Usos del acero en la construcción

El sector de la construcción es uno de los más importantes consumidores de acero, con más del 50% de la producción mundial. Algunas de las estructuras de mayor renombre a nivel mundial, como la Torre Eiffel, el Puente de Brooklyn o el Burj Khalifa, confían en el acero por su gran resistencia estructural. Además, el acero es un componente importante en edificios de menor dimensión y puede utilizarse en muchas casas, aparcamientos, escuelas, centros de negocios altos, fábricas, aeropuertos, etc. En estas edificaciones, el acero puede formar parte de los marcos de acero en el interior de las paredes del edificio y también puede utilizarse en los tejados o como revestimiento en las paredes exteriores.

El mayor error que puede cometer cualquier jefe de obra es utilizar materiales de peor calidad para adelantar el proceso de construcción o para ahorrar dinero de su presupuesto inicial. Al final, eligiendo materiales menos caros y de menor calidad, la constructora o el propietario de la obra corren el riesgo de perder más dinero cuando haya que reparar o sustituir esos mismos materiales de construcción.