No es ninguna broma
que lo que pintan son bastos.
Las compañías energéticas
se disponen a sangrarnos.
Al enchufar cualquier cosa
nos tiemblan hasta las manos.
Para pagar las facturas
habrá que estar enchufado
o tener un vitalicio
como los del cotarro;
esos mendas que, a diario,
están bien apoltronados.
Se habla de franjas horarias
para los electrodomésticos.
pues sólo son asequibles
en horas intempestivas.
Hay que tenerlo presente
para evitar la ruina.
Se comentan las tarifas
por ser tan escandalosas;
y hasta la ministra Calvo
hace coñas muy graciosas.
Somos un país sumiso,
por no decir otra cosa.
Francisco Barbachano