Roberto Giménez

La primavera ha estallado, el tiempo sonríe. Soy optimista. Quiero pensar que a partir de hoy nada será igual en España.  Ya lo saben: las vacunas son la solución. Los bares y restaurantes abrirán

 Creo que bastantes empresas se han dado cuenta que con teletrabajo se trabaja más. Las empresas inteligentes, las que confían en sus empleados son más efectivos. No hay mal que por bien no venga. Hoy es el día cero…

Paso del hoy y el futuro para hablar de dos hechos del pasado de hace 40 años.

El 23-F de 1981 todos los de mi generación, si es que viven, se acuerdan de lo que hicieron esa tarde y la noche de los transistores, ya os lo explicado, que ha servido para que a mi escritor favorito, Javier Cercas, le hayan ‘falangista’, él que es de centro izquierdas. En unas recientes declaraciones ha dicho que los separatistas no son independentistas no quieren la independencia sino la separación de España. Yo nunca los había calificado de separatistas porque habiendo vivido de joven el franquismo me pareció equivocadamente una palabra demodé, pero hago caso a mi escritor y siempre hablaré de ellos como separatistas… Hace diez años publicó ANATOMIA DE UN INSTANTE un híbrido de novela e Historia del 23/F que hace dos semanas salió en PREGUNTES FREQÜENTS en la TV3 y le insultaron como fascista. En Catalunya la vida esta al revés, por culpa del PROCÈS….

Pero hoy también quiero hablar de una tragedia que también pasó hace 40 años que fue la intoxicación y muerte de cuatro mil madrileños de los barrios pobres de la capital que fueron de Madrid al infierno por culpa del presuntamente aceite de colza, digo presuntamente, porque no produjo esa intoxicación local masiva en los barrios del sur.

La pandemia de la colza se debió, un viejo amigo del CNI me lo explicó: la CIA a través de la BAYER regaba sus tomateras del campo militar de Torrejón para intoxicar a Iraq por el aire. Una noche unos gitanos robaron miles de kilos de tomates y los vendieron en los barrios de Madrid. No fue el aceite sino el tomate, y la América de Reagan. Gracias a Dios tengo amigos hasta en el infierno…

Roberto Giménez