L’Ametlla del Vallès es posiblemente uno de los municipios que ha resuelto de mejor manera el problema de las colonias de gatos en sus calles. Hace tiempo que trabajan en la cuestión y ahora están a punto de poner en marcha un completo refugio para los felinos callejeros.

El refugio fue instalado hace tres años a partir de una propuesta surgida de un proceso participativo, pero ahora, también ha consecuencia de los presupuestos participativos de 2021, se han llevado a cabo obras de mejora, como el cierre perimetral del espacio, o la creación de zonas de sombra y de vegetación para favorecer el bienestar los animales.

Con este refugio, l’Ametlla soluciona el problema de los gatos callejeros sin ningún tipo de control ni seguimiento. Estos animales que presentan un estado sanitario y nutricional deficiente acaban ensuciando el entorno y generando problemas de salubridad.

Para hacer frente a esta situación, y con el fin de garantizar el bienestar animal y el equilibrio del entorno urbano, el Ayuntamiento de l’Ametlla del Vallès ha impulsado el modelo que denomina de “colonias controladas de gatos de la calle”.

Una colonia controlada de gatos urbanos, explican desde este ayuntamiento, es un grupo de gatos esterilizados que conviven en un espacio público, y que son alimentados con pienso seco. La colonia está gestionada por la concejalía de Sanidad del Ayuntamiento de L’Ametlla del Vallès con la colaboración de las entidades protectoras de animales como son la Fundación Daina y la Asociación PROGAT de l’Ametlla del Vallès.

“El Consistorio aplica un modelo de colonias controladas que permite disfrutar de la presencia de estos animales en el pueblo y, al mismo tiempo, disminuye los problemas de sobre población y garantiza una integración adecuada a la realidad urbana”, explican desde el ayuntamiento.

En esta esta estrategia el Ayuntamiento captura a los animales callejeros y una vez capturados les somete a una revisión veterinaria para descartar que no padezcan ninguna enfermedad contagiosa, se les esteriliza y se les hace una pequeña marca en la oreja para identificarlos y se les devuelve al espacio donde fueron capturados.