
El Departamento de Justicia, a través de la Dirección General de Memoria, ha identificado a dos soldados de la Guerra Civil que estaban enterrados en la fosa del Soleràs (Garrigues), ubicada en el cementerio viejo de la población. Se trata de un soldado republicano, Josep Pérez Fajardo, y de un sargento del ejército franquista, Herminio Bonilla Javato.
Se trata de dos de los 146 individuos muertos durante la Guerra Civil que fueron localizados en esta fosa, excavada en el año 2017 en el marco del Plan de fosas de la Generalitat. Es la fosa más grande excavada hasta ahora en Cataluña en cuanto al número de personas enterradas.
El caso de Josep Pérez figuraba en el Coste humano de la Guerra Civil, que es la base de datos de la Generalitat con toda la información disponible sobre las víctimas mortales del conflicto. Era un joven de 21 años nacido en Barcelona y afiliado a la CNT. Murió en mayo de 1938 en el hospital de campaña del Soleràs. A partir de los datos disponibles, Memoria Democrática pudo localizar a la familia, que actualmente vive en Sant Antoni de Vilamajor. Una hermana del soldado fue la que dio muestras de ADN lo que ha permitido que este fuera localizado 83 años después de su desaparición.
Herminio Bonilla Javato era un sargento del ejército franquista muerto en enero de 1939 durante los combates que tuvieron lugar en las inmediaciones del Soleràs. Había nacido en Arroyo de la Luz, en Cáceres. Sus datos aparecieron en una lista que el Ayuntamiento de El Soleràs entregó al Gobierno Civil de Lleida en 1958. Memoria Democrática contactó con el Ayuntamiento de Arroyo de la Luz y logró localizar a la familia. Un sobrino del fallecido dio muestras de ADN.
Los restos de los dos hombres pudieron ser identificadas con el Programa de identificación genética, un sistema que dispone de una base de datos con los perfiles genéticos de familiares de las víctimas y los perfiles genéticos de los restos localizados en las fosas. Los datos se cruzan para ver si hay coincidencia genética.
El Programa dispone actualmente de unas 2.500 muestras de ADN de donantes vivos y de unos 300 perfiles genéticos de restos de fosas. La donación de ADN por parte de los familiares es gratuita e indolora, y es clave para poder identificar los restos de las fosas.