Hablar de desconcierto
es tema que está en la calle,
es confusión permanente
te halles donde te halles;
es comentario creciente
pasen los días que pasen.
Hay miedo a los contagios
y a las muertes desgraciadas;
temor a las contradicciones
de los mendas que nos mandan
ya que su ineptitud,
cada día está más clara.
Los médicos de familia
han desaparecido del mapa.
Se muere de enfermedad
de noche, tarde y mañana;
la pandemia mata a gente
y la desatención, remata.
Los médicos de cabecera
son los que nos hacen falta,
los que cuidan las dolencias
y conocen nuestras fallas;
pero, Carolina Darias,
no se entera de esos dramas.
Francisco Barbachano