Los Lectores saben que me apasiona la Historia, pero de Granollers del siglo XX la conozco como un historiador local, porque durante once años estuve todas las tardes de los jueves con el ex alcalde de Granollers Francisco Llobet Arnán (1962/1979). Tengo pendiente de escribir LA GRANOLLERS DEL SEÑOR LLOBET (1939/1979). La Historia del Franquismo. El alcalde me dijo que lo escribiera después de muerto, murió en 2012, tengo cientos de folios manuscritos como legado suyo.
Le pedí que me diera una relación de afiliados a la FET y de las JONS. Me dijo que tenía un libro con más de mil quinientos personas de Granollers de pura cepa, pero que no me lo quería dar, porque yo era muy temerario, le contesté que la mayoría estaban muertos, y me dijo que sus hijos estaban vivos, y muchos de ellos eran nacionalistas de CDC, que se podían molestar.
El presidente de ‘Revista del Vallès’, Pere Viaplana Riera, me dijo que el más franquista de todos era Pere Canal Baliu, el jefe local de FET y de las JONS pero era muy amigo suyo. Presidente de CDC, que le había ayudado a fundar la Mutua del Carme. En que en los años 50 cambió de ideología al haberse casado con una hija del último alcalde ERC, y vio la guerra con la mentalidad de los perdedores. Yo nunca comenté nada porque era mi presidente. No me lo dijo…
Francisco Llobet nunca me criticó a nadie. Pere Viaplana sí, era un nombre honesto y fiel a sus ideales. Le cabreaba la corrupción de los ayuntamientos franquistas de los años cuarenta y principios de los cincuenta, hasta que llegó Carlos Font Llopart a la alcaldía. Este alcalde consiguió contra la voluntad de los industriales de Fomento Nacional del Trabajo conseguir que RENFE no pasara por la calle Girona sino como ahora: al lado del Paseo de la Montaña, le costó el cargo a principios de los sesenta, y no sólo como a continuación explicaré…
Mi presidente Pere Viaplana Riera tenía manía a Mariano Ganduxer, el cacique del Vallès, durante los años del hambre, el mote popular que tenía era ‘el Rey de la patata’. Mandaba más que los alcaldes, tanto poder tenía que una calle en la zona alta de Barcelona tiene su nombre. La actual alcaldesa Ada Colau ni sus antecesores lo saben. El ‘Rey de la patata’ se hizo rico gracias al estraperlo. Las grandes fortunas de entonces practicaron estas malas artes. Lo de hoy viene de antes. Son los mismos perros con distintos collares.
Acabada la guerra a España le faltaban un millón de pisos, según el Ministerio de Vivienda. Franco lo sabía y decidió congelar los pisos de alquiler, fue la principal obra social del Régimen, durante los años cuarenta y los cincuenta. En los sesenta en la época del desarrollo permitió que los precios subieran el IPC.
Felipe González permitió que los alquileres siguieran la relación capitalista de la oferta y la demanda. En Granollers los primeros inmigrantes andaluces vivían en las cuevas de dónde hoy pasa el tren construidas en los años 20, y el Ministerio de Vivienda construyó las viviendas baratas, hoy Primer de Maig, del que hablaré el próximo domingo.
Hecha le ley hecha la trampa: el arquitecto municipal el capitán Chinchilla había pactado con los propietarios de la ciudad que iba a informar a los inquilinos que tenían que irse de sus casas porque amenazaba con derrumbarse. El propietario hacía supuestas reformas y actualizaban el alquiler.
El alcalde descubrió la connivencia y cesó al arquitecto Chinchilla.
La corrupción no muere, tiene mucha salud…
Roberto Giménez