Roberto Giménez

Hoy que acaba la semana del 8-M quiero hablar de mujeres. Acabaré con Carme Esplugas cuando Convergencia no era separatista cuando estaba aliada con la Unió  Democràtica de Catalunya del desaparecido Josep Antoni Durán Lleida, que desde hace muchos años ve la política detrás de la barrera, de Carme hablaré en la segunda parte de éste espero que interesante artículo que os interesara.

Quien se meta en mi pagina de Facebook verá una foto mía en el Colegio de Periodistas de Catalunya en la que la directora de l’Institut de Català de la Dona me de da una preciosa escultura de bronce verde de la que me acompaña en  mi despacho. La foto es de 1999 y su apellido es Alemany…

No gané el primer  premio que lo ganó Susana Cuadrado por una serie de entrevistas en La Vanguardia a varias mujeres de Barcelona entrevistadas por el Día de la Mujer, se llevó la escultura y 500.000 pesetas. No las leí, pero Susana escribe bien y además es feminista. Yo no tenía que ver.

La sorpresa que fue finalista el autor de una revista comarcal catalana, decana de la prensa del siglo XX, que entonces tenía 72.000 lectores, que en paz descanse.

Mi iniciativa no fue para presentarme al concurso sino por mi interés en dar a conocer a cincuenta mujeres interesantes en Granollers de todos los ámbitos (empresariales, sociales, laborales, culturales, artísticas  y deportivas a nadie de política porque todos los lectores las conocían), buscaba caras conocidas porque las mujeres a finales del siglo pasado continuaban en la sombra, yo siempre he defendido a la mujer. Odio el machismo, las compañeras de trabajo lo saben bien.

La técnica de la entrevista era innovadora, no la había inventado nada porque en el periodismo todo está inventado, la entrevista duraba casi tres horas. Hacía cien preguntas no se publicaban las preguntas, sino treinta respuestas, las más interesantes. Eran dos planas que se leían de corrido. El tiempo medio era de cinco horas cada semana. Mi trabajo me apasionaba, y ahora lo sigue haciendo mi CLUB DE LECTORES lo sigue haciendo lo transmito. Este trabajo vale la pena.

Ese trabajo me permitió conocer a muchas mujeres (la mitad desconocidas para mi), la inmensa mayoría eran mayores. Recuerdo especialmente a Rosa Concustell una mujer con mucho carácter, parecía aristócrata, que me presentó a mujeres de Granollers de los años 40: en Barcelona: la esposa del director de la londinense Harrods que entre otras cosas me habló del padre del novio de Lady Di, me llevó a una preciosa casa de película de la mujer del dueño de plásticos Ta-Tay donde había rodado spots y películas cerca de Granollers. La esposa de un general de la Guardia Civil que vivía en Pedralbes que había sufrido en los años de plomo de ETA  un atentado con una bomba lapa del que se había salvado porque su Mercedes que era blindado que tenía dos hijos coroneles de la unidad informática…

Hice un reportaje a la muerte de la presidenta de la Fundació  privada de la Gent Gran titulada ‘Vida y Milagros de Antonia Roura’, en el pasado año murieron decenas de abuelos uno de ellos un viejo amigo el enfermero Eduardo Lucas. Entre otras también entrevisté a Feli Miyares, una refugiada de Asturias, mujer del arqueólogo Josep Estrada que se cabreó conmigo cuando escribí que el nombre de Granollers no venía de Corb. Me lo había contado Lluis Tintó, el bibliotecario municipal porque tenía un libro de viejo en la hemeroteca que no había consultado Estrada porque el libro fue comprado después de muerto. Me supo muy mal que Feli se enfadara porque  una vez al mes me visitaba, también un interesante reportaje a su hija Marta una bióloga y científica que trabaja en el Ártico. La periodista Monserrat Ponsa, entre otras mujeres, cuando supo que me habían dado el premio, me felicitó porque me dijo que nunca le habían hecho una entrevista tan a fondo…

Me he quedado sin espacio para la única alcaldesa, la dejo para el próximo domingo…

Roberto Giménez