Según todos los indicadores más relevantes, hoy 8 de diciembre de diciembre, nuestro país sigue inmerso en una situación que no es exagerado calificar de muy calamitosa, más allá del efecto distractivo que puedan suponer la mejora puntual de algún dato transitorio y todo apunta a que nos hallamos a las puertas de una tercera ola devastadora que ya aparece en el horizonte como inevitable.
Sin embargo, en este contexto alarmante, el gobierno municipal de Cardedeu ha aprobado unos presupuestos municipales en los que no hace visible ninguna partida extraordinaria de ayuda a los damnificados por la pandemia. Pero, sin embargo sí mantiene todas sus partidas tradicionales, incluidos muchos proyectos que no son urgentes como si lo que estamos viviendo fuera un episodio pasajero menor. Y para redondear el despropósito no duda en aumentar la carga fiscal, como ha quedó con las nuevas tasas municipales aprobadas en el pleno anterior. Como no podía ser de otra
manera, Ciudadanos ha votado en contra en ambos casos.
No es de recibo que en una situación de emergencia sanitaria, social y económica como la que estamos viviendo, el gobierno municipal eluda sus responsabilidades y en lugar de asumir un liderazgo proactivo comprometido con los que más padecen, opte por inhibirse y vivir a remolque de los acontecimientos.
Pero lo peor no es eso, sino su hostilidad a quienes como hace Ciudadanos intentamos abrirles los ojos desde la oposición. Durante esta ya larga crisis, cada que se le ha urgido a actuar con determinación siempre ha respondido siguiendo el mismo patrón: tras invocar la perfidia centralista y escudarse en su falta de competencias (¿no será de competencia?), insultan sin pudor alguno a todo aquel que formule cualquier propuestas constructiva que haga patente su falta de iniciativa, máxime si proviene de Ciudadanos, una opción política que les irrita profundamente.
Están tan convencidos de hacerlo todo tan estupendamente y de ser los únicos moralmente legitimados en el terreno social, ironía si atendemos a la gran estafa , que no pueden tolerar que nadie les deje en evidencia y menos si quien lo hace soy yo, el “incómodo” regidor de Ciudadanos calificado por el alcalde de “almendra amarga” (todavía no he olvidado los escraches que antes de la pandemia con los que me obsequiaron en el mismísimo salón de plenos). Su obstinación y autoblindaje es tal, que ni siquiera se esfuerzan en hacer llegar a la población las escasas iniciativas que han adoptado y cuando se les señala que al menos deberían comunicar mejor, se encolerizan
llegando al improperio personal proferido a grito pelado, como hizo el Sr. Ramón Arribas una vez más en el último pleno, demostrando una patética incapacidad de encaje.
No deja de producir pasmo que se sientan tan superiores quienes pertenecen al partido que ha promovido la gran estafa y desastre colectivo que ha supuesto el procès -cuya dimensión más corrupta y patética estamos conociendo a través del caso Volkhov- y que durante esta crisis ha dado en el gobierno de Cataluña muestras incomparables de incompetencia, empezando por el ínclito conseller Chakir El Homrani, atm querido por nuestro gobierno municipal.
Pero no debería extrañarnos. En Cardedeu padecemos un gobierno independentista especialmente obstinado y radicalizado que reúne a regidores de Esquerra Republicana y de la CUP. Sus marcos mentales son muy estrechos y siguen arrogantemente instalados en el eje de la tosca confrontación sectaria, el peor legado del virus del “procès” ha inoculado en la sociedad catalana, como les recordé en el pleno de septiembre. Incluso el pactismo ventajista que ERC acaba estrenar en Madrid, al parecer para ellos es una asignatura innecesaria, porque ya mandan ellos y creen controlarlo todo.
Su ceguera les impide entender que la sociedad ya está cansada del enfrentamiento estéril y que nos insta a todos a concretar respuestas ágiles y eficientes a las necesidades de la población que más padece. Sus obsesiones siguen siendo otras. Basta con revisar el contenido de los plenos y de las comisiones. Salvo en el pleno de junio en el que desde la oposición conseguimos arrancar un plan de choque consensuado con motivo de la primera oleada de la pandemia, esta ha desaparecido de los órdenes del día. Eso sí, han encontrado tiempo para hablar de los presos políticos, del rey, del
Kurdistán, del Sàhara, de los presupuestos participativos, del Consell de la Gent Gran, de la Textil Rase, de la recogida domiciliaria de las basura, etc. Ahora eso sí, a mí no me dejaron presentar una moción sobre las ayudas a la conciliación laboral en tiempos de pandemia.
Pero desde Ciudadanos Cardedeu somos inasequibles al desaliento, y en el último pleno presenté una moción en la que de entrada se instaba al gobierno municipal a recoger en un documento todas las ayudas destinadas a la población más necesitada en esta segunda oleada de la pandemia. A la vista de que la medida contó con prácticamente tantos votos a favor (6) como en contra (7) y de que la todos los indicadores socioeconómicos y sanitarios no han hecho más que agravarse desde entonces, he vuelto a pedir al gobierno municipal que se materialice esta propuesta y que que se
incluya la propuesta incluida en la moción de ofrecer ayudas a fondo perdido a quien más lo necesite, utilizando o modificando las partidas presupuestarias destinadas a gastos que nos son tan urgentes. Y he propuesto también celebrar un pleno extraordinario en el mes de diciembre para concretar un nuevo plan de choque recogiendo todas las iniciativas y planes de ayuda relacionados con la Covid, y para insistir en las medidas de prevención que conviene tener especialmente presentes en este momento de singular riesgo con motivo de las celebraciones navideñas, y para evitar tercera oleada de la pandemia, o al menos para reducir su impacto de la temida en pleno invierno, precisamente cuando nuestra población más vulnerable puede padecer más. Igualmente he propuesto que se valore la posibilidad de implantar de manera inmediata la jornada escolar después
de las vacaciones de Navidad, porque reduciría de manera significativa el riesgo de contagio en la etapa más crítica del invierno.
También he propuesto que se promueva la compra de medidores de CO2 para las escuelas e institutos y para los espacios públicos cerrados antes de que se acaben sus existencias. Es de primordial importancia que los centros escolares y los espacios dependientes de la administración pública dispongan de este recurso para hacer frente en condiciones de salubridad adecuadas a los meses más fríos.
Y para acabar, proponemos que ante la conveniencia de reducir las reuniones familiares durante las celebraciones navideñas, el ayuntamiento elabore un plan de actuaciones orientadas a acompañar a nuestros mayores y a las personas más vulnerables y paliar la sensación de soledad que puedan experimentar durante este período. El gobierno municipal se ufana de que nuestro municipio se ha declarado “antimonárquico”, yo le propongo algo mucho más productivo: que se declare en contra de la soledad de nuestros mayores y actúe en consecuencia. Menos zarandajas y más política útil.
Enrique Jimeno, regidor de Ciudadanos en Cardedeu