Con tanta contradicción
de unos si y otros no,
la verdad es que no se aclara
ni la madre que nos parió.
Hay que crear un premio
en pro de la confusión.
Y para mayor desastre
los inventos en las redes,
de los listos que nos dan
sus sabiondos pareceres.
Y és que vivimos cautivos
de singulares memeces.
Con tanto, tanto por ciento,
enloquecen al más cuerdo.
La opinión autorizada,
se pierde con tanto cuento.
Y es que, ni unos ni otros
se ponen nunca de acuerdo.
Lo que ayer era prohibido
hoy es jauja nuevamente;
por lo cual queda bien claro
que eso ni Dios lo entiende.
y si no lo entiende Dios,
ya me contarán ustedes.
Francisco Barbachano