El primer secretario del PSC Miquel Iceta ha estado hoy en Granollers para visitar el distrito energético que integran cinco equipamientos municipales -dos institutos, dos escuelas y un teatro-cine- que se calientan con biomasa y con energía fotovoltaica, un proyecto que la Ayuntamiento quiere ampliar a cinco equipamientos públicos más. Iceta ha estado acompañado por el alcalde, Josep Mayoral, varios concejales y dirigentes del PSC de la comarca.
Iceta ha recordado que Cataluña se sitúa a la cola de Europa en capacidad de generación de energías renovables, con sólo el 7,9% de la potencia que hay instalada en España. «Ante el riesgo de que perdamos definitivamente el tren de la sostenibilidad y de la transición energética renovable debido a la inacción de los gobiernos independentistas», el PSC propone el Acuerdo Verde Catalán para dar respuesta al desafío que representa la emergencia climática y para impulsar la reactivación económica y la reconstrucción social postcovid-19.
Entre otras medidas, y partiendo de la máxima de que «ecología es economía», los socialistas proponen instalar 10.000 megavatios (MW) en energías renovables, más del doble de la potencia energética verde de que dispone Cataluña actualmente (4.580 MW), tal y como ha anunciado hoy, en Granollers, el primer secretario, Miquel Iceta. Según el líder socialista, «la transición energética y ecológica comienza en los municipios, que han hecho cosas muy importantes sin acompañamiento. Queremos tomar un compromiso, y es que uno de los vectores del futuro Gobierno sea el Acuerdo Verde Catalán. Tenemos que cambiar las prioridades y los poderes públicos debemos marcar el paso. No queremos un Gobierno dando la espalda a los retos de presente y de futuro «.
En paralelo, el compromiso socialista para los próximos años incluye la agilización de los trámites administrativos para facilitar las instalaciones solares fotovoltaicas y eólicas, y el avance decidido hacia el desarrollo del hidrógeno como fuente de energía alternativa. También apuesta por trabajar para reducir un 55% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2030 y para combatir la polución en las ciudades y hacer que mejore la calidad del aire.