La multinacional estadounidense PPG ha decidido cerrar su fábrica de pintura del polígono industrial Santiga en Barberà del Vallès, en la que trabajan 34 personas, y trasladar la producción a Portugal.
La compañía, que prevé cesar completamente su actividad en el mes de diciembre, ha pactado con la plantilla indemnizaciones muy superiores al mínimo que establece la ley: en un primer tramo, los afectados percibirán 50 días de salario por año, con un tope de 42 mensualidades, mientras que se ha fijado un segundo tramo de 41 días por año trabajado.
En todo caso, el tope máximo general que podrá percibir cada trabajador será de 200.000 euros, según consta en el acuerdo alcanzado por la dirección y el comité, al que ha tenido acceso Efe, que recoge también la contratación de la empresa de recursos humanos Lee Hetch para intentar recolocar a los empleados afectados por el cese.
Con este cierre, la base operativa de la filial española de PPG pasa a situarse en las instalaciones que el grupo tiene en la localidad portuguesa de Sacavém.
Las instalaciones que van a cerrarse emplean actualmente a 34 personas, que irán saliendo de la empresa de forma escalonada hasta el mes de diciembre.
Esta fábrica fue la sede hasta los años 90 de Pinturas Ricolor y posteriormente Akro, hasta que la danesa Dyrup adquirió la firma. En 2011 fue la multinacional norteamericana PPG la que se hizo con Dyrup, por lo que la filial española pasó a denominarse PPG Dyrup Spain.
Según la compañía, su filial portuguesa, con un volumen de facturación de 28 millones de euros, posee unas modernas instalaciones de fabricación, «con una capacidad más que suficiente para dar un ágil servicio al mercado español».