César Alcalá

Aprovechando este fin de semana del Puente del Pilar, y la visita de SM Felipe VI a Barcelona, para clausurar la BNEW, un descerebrado, o varios, han hecho correr por las redes sociales la foto que pueden ver. No es una broma. Es la realidad de estas mentes perturbadas. Cuando, a lo largo de los años hemos visto a los talibanes realizar estos actos, se nos ha encogido el corazón. Ahora, una “de-mente” brillante del independentismo catalán ha querido hacer la “broma” -pienso que no es una broma- y ha repetido la misma imagen. Eso sí, los talibanes son ellos y delante -de rodillas- no hay soldados norteamericanos o civiles, vemos un grupo de “españoles” condenados a muerte por el hecho de serlo. Cerrando todo este esperpento, una estelada.

El problema de todo esto es que no pasa nada. Alguno se habrá reído. Otros habrán hecho bromas. Y los más habrán dicho “estos independentistas están locos”, pero no le darán más importancia. Y la tiene. De entrada debería ser sancionada. Hace unos meses se buscó, hasta encontrarlo, a la persona que había colgado un vídeo donde simulaba fusilar a políticos del PSOE y Unidas Podemos. ¿Lo recuerdan? Hasta que no lo encontraron no pararon. En esta ocasión nadie moverá un dedo. De ello estoy convencido.

Esta mentalidad de “talibanes” forma parte del razismo catalán. Y lo escribo con “z” porque no deja de ser parte de aquel nacional socialismo que asesinó a millones de personas en los campos de concentración durante la II Guerra Mundial. En poco difieren unos de los otros. Porque no se equivoquen. Aún no lo han hecho -lo de la foto- pero estarían dispuesto a hacerlo. Y tiempo al tiempo. Porque han llegado a un nivel de degradación mental que es comparable a la de los talibanes.

Y este hecho no es nuevo. Estos quieren acabar con los “españoles” simulando un fusilamiento. Otros lo han hecho a lo largo de estos últimos años con la palabra. El que pretenden convertir en “mártir” por haber dado un golpe de estado -hasta aquí llega la demencia- Oriol Junqueras ha llegado a afirmar que “los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles”. Joan Oliver, exdirector de TV3, dircom del FC Barcelona y persona que se cargó al equipo de fútbol del Reus, por su incompetencia, dijo que “los españoles son españoles por el hecho de ser españoles, desde mi punto de vista”. La madre abadesa el nacionalismo catalán, Marta Ferrusola, comentó en una entrevista que “mis hijos no podían jugar en el parque. Me decían: Madre, todos son castellanos”.

Y podríamos seguir poniendo ejemplos sobre este razismo de un sector del catalanismo en contra de todo aquello que tiene connotaciones “españolas”. Todos los males del mundo vienen de ahí y es aconsejable ser un miserable catalán y un castellano viejo. Y así vamos. A algunos políticos les hace que estos personajes hagan estas cosas. Si fuera al revés saltarían todas las alarmas. No me quiero imaginar una fotografía con una bandera de España, varios catalanes de rodillas con la estelada en el pecho y un grupo, por ejemplo, de legionarios con armas y simulando lo que luego pasará. Todos -gobierno central incluido- se rajarían las vestiduras. Pero esta nunca ocurrirá, porque algunos son más inteligentes y respetuosos que esta colección de dementes.

Mientras el odio forme parte de la vida cotidiana catalana. Mientras corran por internet fotografías como esta. Mientras se reúnan en Francia tres sectarios expresidente de la Generalitat y lancen exabruptos contra todo y todos. Mientras no se den cuenta que la realidad los ha superado y que viven en el mundo mágico de Alicia. Mientras nos reflexionen sobre lo que quieren ser de mayores. Mientras continúen odiando todo aquello que tenga el nombre de España como argumento, Cataluña no tendrá remedio y desaparecerá como civilización.