Buscar una solución fácil al problema que muchas familias tienen con los ancianos no es tarea fácil. Una de las cuestiones a resolver, es el umbral sentimental, apartarse del ser querido y destinarlo a un lugar desconocido que nos puede generar desconfianza.

Sin embargo, la mayor parte de la gente desconoce que las residencias de ancianos están sometidas a unos controles muy estrictos por parte de las diferentes Administraciones, especialmente las autonómicas y las de los Ayuntamientos, que regulan desde la habitabilidad de los espacios, que deben ser suficientes y dimensionados a la realidad de la movilidad de los ancianos, muchas veces dependientes de sillas de ruedas u otros aparatos para facilitar el desplazamiento, como de cuestiones como las comidas, la limpieza e higiene del lugar, la depuración del aire o los cuidados médicos.

Una cuestión crucial a la hora de elegir una residencia puede ser la de la proximidad a nuestro domicilio, aunque las familias suelen optar por otras variables, como son las garantías que ofrece el boca a boca, o el coste mensual. Y hay que conocer las ayudas y subvenciones, porque muchos ancianos, en función de la Comunidad Autónoma en la que residan, tienen ayudas por las que la Administración se hace cargo de un porcentaje de la cuantía mensual de cada residente, como ocurre en la residencia de ancianos Castellar del Vallés

El problema de las familias llega cuando los voluntariosos cuidados que profesan hacia la persona mayor ya no son suficientes ante el estado y cuidados que requiere la persona mayor. Limpieza y aseo, alimentación, vigilancia y control de sus desplazamientos, dificultades para dormir, cuidados médicos, son asuntos que, muchas veces, se hacen insalvables diariamente por parte de las familias y es entonces cuando haya que considerar seriamente los servicios de una residencia que resuelva todos estos problemas de forma garantizada. 

Los servicios que ofrecen las residencias resuelven casi todos los problemas con los que nos encontramos con los ancianos, con una variedad importante en la prestación de servicios. Suelen existir unos servicios mínimos que están regulados por Ley, y que suelen incluir la manutención -desayunos, comidas cenas apropiadas-, la estimulación de capacidades funcionales con juego y actividades apropiadas, dinamización sociocultural, atención sanitaria o terapia ocupacional. Suelen ofrecerse otros servicios complementarios como son el servicio médico o de enfermería, la atención psicológica si se requiere, lavandería, cosmética, transporte o administración de fármacos.