Roberto Giménez

El último escritor favorito que me queda vivo es Javier Cercas, he leído todas sus novelas porque me identifico con lo que llama ‘punto ciego’, y también con su planteamiento político que no es equidistante sino ecuánime como el de Arturo Pérez Reverte, que es un provocador nato.

Nadie conocía a Cercas salvo cuando escribió ‘Soldados de Salamina’ y lo leyó Mario Vargas Llosa que hizo una columna en El País y lo descubrió para el gran público (hasta entonces sólo lo leía su familia). Además de calidad se tiene que tener suerte en esta vida, como en el amor que es lo más importante. Cada escritor ha tenido un padrino…

Antes de ‘Soldados…’ tenía en la cabeza la historia de un héroe familiar, un tío abuelo que con diecisiete años se afilió a la Falange de 1935, fue a la guerra entró en Lleida, con un tabor de Regulares pasando por Peñalba  (Monegros) cuando la familia de mi madre se exilió a Francia por la Jonquera…

El soldado Mena cayó en la batalla del Ebro, tras haber pasado un río de sangre en la maldita guerra. El falangista cayó sin boina roja hijo de unos ideales románticos que el escritor dice que equivocados, es su drama familiar que es emocional. Lo explica en su penúltima novela: ‘El monarca en la sombra’.

La última novela recibió el premio ‘Planeta’ de 2019 titulado Terra Alta, centrada en esa pobre comarca de Tarragona, porque está obsesionado por la guerra civil ya que es un muerto de la generación de los niños de la guerra porque para ellos, generación de hierro, nosotros hojalata y nuestros hijos de plastilina….

La primera novela de ‘Soldados de Salamina’ que le convirtió en escritor profesional a más de cuarenta idiomas y le ha permitido dejar su profesión de filología en la UAB.

 El ‘punto ciego’ de todas sus obras es preguntar  a sus lectores porque un desconocido republicano no mató al poeta  Rafael Sánchez Mazas autor del Cara al sol. El lector ni el espectador de la película saben porque le perdonó la vida. Todas sus obras tienen ese punto.

Hay una reflexión de Cercas con la que no estoy de acuerdo: él dice que en el presente está el pasado y también el futuro, mientras vivamos. A mi que me encanta le Historia en general no pienso igual porque el ayer no debe marcar el futuro. Sería muy depresivo…

Roberto Giménez