Imagen de la cuenta del cliente generoso

El bar Can Juli, en la calle Francesc Macià de Granollers ha sido protagonista de una curiosa historia del desconfinamiento. Tan curiosa que lo ha convertido en noticia en diferentes medios de alcance nacional.

Al reabrir el bar hace unos días, sus propietarios notaron el apoyo y cariño de sus parroquianos a los que dan un trato muy familiar. Lo que no esperaban era el obsequio que recibirían por parte de uno de ellos.

Este cliente se presento en el bar llevando en la mano un papel con los cálculos de las cañas que no había tomado durante el confinamiento. Tal y como relata la Cadena Ser, el cliente en cuestión se dirigió a los dueños del bar con ese papel y manifestó la necesidad de hablar con ellos. Juli y Pili, los hermanos que están al frente del negocio desde hace 10 años, pensaron que sucedía algo, pero no era así.

El papel que traía el cliente estaba compuesto por una serie de cálculos y el resultado de estos era la cantidad de dinero que les debía por todas las cañas que no se había tomado durante el confinamiento.

«Como había dejado de venir 36 veces y siempre se gastaba 2,50, ¡pues 90 euros! Al principio mi hermano no quería cogerlo, pero él insistió mucho. Le dijo que lo que había pasado era muy fuerte y que, aunque no se hubiera tomado esas cañas, quería ayudar. En el sobre, de hecho, había 100 euros, no 90», explicaban los dueños de Can Juli a la Cadena Ser.

Por lo visto el hombre solía ir el bar dos o tres veces por semana para tomarse una caña y leer el periódico, visita que los dueños a veces recompensaban con una o dos tapas gratis. “Luego le decía que eran 1,30 por la cerveza, pero él respondía que no podía ser y nos dejaba 2,50″, contaba la dueña, quien aseguraba a la emisora que «cada mañana, gracias a cosas así, te entran ganas de ir trabajar».