Si uno se da una vuelta por la plaza más popular de Cardedeu, la plaza Joan Alsina -en la que, por cierto, confieso que me encanta vivir- y mira la fachada de los edificios, comprobará que el eje de confrontación independentismo irredento y constitucionalismo ha decaído. Ni “esteladas”, ni banderas españolas, sólo una “senyera” integradora, con la que todos los vecinos y vecinas de Cardedeu nos identificamos. Una auténtica lección espontánea de sentido común, que nos señala el camino a seguir a los que tenemos responsabilidades públicas. No diré que “la calle” siempre sea sabia, porque muchas veces es demagógicamente sobre estimulada, pero es evidente que el cambio experimentado, si a algo responde. es exclusivamente a la iniciativa de los vecinos sin mediación de ningún tipo.
Aunque ¡ojo! no es la única novedad que he observado. También ha aparecido en un balcón una pancarta de contenido social que reclama: “Sanitat, retribucions i tracte justos” Hace muchísimo tiempo que no se ven en las calles de Cardedeu pancartas de este tipo, y hay que agradecer al vecino que la ha colgado su gesto, porque, con su reivindicación nos vuelve a señalar con claridad meridiana cuál es la mayor prioridad de cara al futuro inmediato, más allá de atender las urgencias más perentorias. Y para dar respuesta a esta demanda es imprescindible que todas las fuerzas políticas seamos capaces de sumar y articular un plan reactivación ambicioso y bien articulado, que empiece por atender las necesidades de los sectores más vulnerables y de los colectivos de riesgo en general. Para conseguirlo, desde la oposición estamos demostrando una gran capacidad de consenso, con independencia de las legítimas diferencias ideológicas que nos separan. Confieso que el trabajo hecho hasta ahora me llena de orgullo, porque creo que nos movemos en la dirección correcta.
Lamentablemente, no hemos advertido la misma receptividad y voluntad de consenso por parte del actual gobierno municipal, a pesar de nuestra actitud propositiva, nuestra lealtad y nuestra discreción –en mi caso no he publicado en dos meses ni un solo tuit crítico-. Para comprobar su talante, no hay más que ver el vídeo del pleno del pasado 7 de mayo. En esa ocasión, el gobierno municipal se permitió rechazar una moción promovida por Ciudadanos y consensuada con toda la oposición, pidiendo respaldo a los profesionales y al voluntariado que trabaja en primera línea y que ocasionalmente son objeto de insultos y de discriminación. Hoy mismo la prensa se vuelve a hacer eco de estas actitudes. Sin embargo, el equipo de gobierno optó incomprensiblemente por votar en contra, utilizando abusivamente la ocasión para “castigarnos” a todos con mítines exaltados, en los que se hizo justamente hacía lo que la moción que quería evitar: estigmatizar y criminalizar a quienes han asumido riesgos para servirnos a los demás. En su caso, cargando contra los militares que habían colaborado con las demás administraciones en la atención de los dispositivos sanitarios desplegados. Pero, por si no había quedado claro, el regidor de ERC Ramon Arribas se permitió decir que la gestión de la crisis del Covid19 era una responsabilidad exclusiva del gobierno actual que era el que representaba la centralidad política en Cardedeu (¡!), añadiendo, ante nuestra estupefacción, que por tanto situaba a oposición en la periferia de la radicalidad ideológica y que no había que contar con ella. Una verdadera pena.
Pero en la oposición somos tenaces y, además de articular una propuesta que pretende enriquecer la del gobierno municipal, constituye en sí misma una vía alternativa. A la vista de nuestras quejas, parece que en los últimos días el gobierno por fin empieza a corregir el rumbo y a dar alguna señal de receptividad. Esperamos que con flexibilidad y voluntad de sumar se consiga concretar medidas eficaces. Cardedeu necesita ese plan de choque y Ciudadanos pondrá todo el empeño en ello.
Enrique Jimeno, regidor de Ciudadanos de Cardedeu