Entre penas y alegrías
vive esa España cansada
de tantas comparecencias
que al final no dicen nada:
sea mañana o tarde,
sea noche o madrugada.
Ministros y Ministras,
Consejeros y Consejeras;
aburren a las ovejas
pese a sus buenas maneras
que, casi nunca convencen,
con sus ambiguas respuestas.
No es fácil llevar las riendas
de un caballo desbocado
como és el ‘coronavirus’
de tan graves resultados;
hay que ser muy buen jinete
fuertemente sujetado.
Con los consejos de expertos
seguiremos confinados.
Lo imperdonable sería
‘un virus politizado’…
¡Que reine el sentido común,
de quienes tienen el mando!
Francisco Barbachano