Con aplausos no se cura el cansancio sanitario de unos hombres y mujeres que trabajan sin horario; expuestos a lo peor, con material muy precario.
Ya estamos todos en casa muy obedientes y atentos a lo que dicta el gobierno, por orden de los expertos. Que eso és lo procedente, guste más o guste menos.
El ‘coronavirus’ no entiende ni de guapos, ni de feos, ni de altos, ni de bajos, ni de tristes o contentos; da igual que seas chato, o que seas aguileño.
Pese a la gran angustia que España está viviendo, Esa tal Clara Ponsatí raya lo canallesco. Sí. Ese és el adjetivo: Es el mismo que yo pienso.