Ripollet ha decidido transformar la plaza del Onze de Setembre en un espacio exclusivo para peatones. A partir del lunes, 2 de marzo, ya no se permite el aparcamiento, quedando señalizado. Este miércoles día 4, la plaza quedará definitivamente cortada al tráfico de vehículos. «El compromiso es que la plaza tenga vida y sea una plaza para convivir, amable, donde se realicen actividades y donde se dinamice el comercio», ha explicado el concejal de Movilidad y Vía Pública, Fran Sánchez.
Esta transformación es una de las actuaciones recogidas en el Plan de movilidad y pacificación de la zona centro, aprobado en 2018. El pasado 20 de febrero, el gobierno municipal convocó una reunión con vecinos y comerciantes de la zona para explicar el proyecto. En el encuentro, que tuvo lugar en el espacio Domingo Torras del Teatro Auditorio del Mercado Viejo, la acogida por parte de los vecinos fue positiva, según el mismo concejal, mientras que los comerciantes mostraron cierta desazón ante este cambio. El gobierno, que ha recogido algunas de las aportaciones realizadas durante la reunión, tales como habilitar plazas de aparcamiento para motos, ha adoptado el compromiso de informar con más tiempo las futuras actuaciones de pacificación para poder responder a las diferentes sensibilidades.
En la plaza del Onze de Setembre también se habilitarán nuevas zonas de carga y descarga y nuevas plazas para personas con diversidad funcional. Además, tanto el concejal de Movilidad y Vía Pública, Fran Sánchez, como la concejala de Comercio, Txell Caler, han acordado hacer un seguimiento y reuniones periódicas con los comerciantes.
Una de las iniciativas que se pondrán en marcha para facilitar las compras es «Compra y adiós», basada en la iniciativa «Besos y adiós!» que se ha puesto en marcha ante las escuelas en diferentes municipios catalanes. Se trata de facilitar las compras y la circulación, dejando 5 minutos de estacionamiento en las zonas de carga y descarga para que vecinos y visitantes pueda realizar sus compras.