Roberto Giménez

En los desgraciados años de plomo de Carlos Iturgaiz, el actual candidato popular impuesto Pablo Casado que disgusta a los peperos vascos, y  a mi también. Antes, cuando ETA, me encantaba, ahora no.

 El PP vasco de Casado se va a convertir en viudo de votos. El descalabro en el País Vasco será de órdago por la estulticia del presidente nacional de la calle Génova. Carlos me caía bien, pero en tiempo pasado.

El PP ha perdido el tranvía del 5 de abril. Está cantado.

La primera tontería que ha salido por boca de Iturgaiz fue calificar a Pedro Sánchez, y la partida de PODEMOS, como un gobierno fasciocomunista. Este palabro me recordaba a algo del lejano pasado de nuestros abuelos. Fascismo y comunismo son deleznables, antitéticos, dos horrores del siglo XX.

Me retrotajo a la guerra civil cuando comunistas de Stalin llamaban al  líder del POUM, Andreu Nin, fasciocomunista, y los del PSUC pintaban en las paredes de Barcelona que ‘Nin estaba en Berlín’ cuando había sido torturado y eliminado por los soviéticos. Año de sangre. Una pesadilla nacional.

La ventaja de conocer la Historia sirve para descubrir estas viejas historias negras.

Lo cuento porque las tres derechas se afanan en decir que el gobierno español es una coalición sociocomunistas y le añaden el palabro slabrors y le añaden el pen el pque el gobierno español es una coalicciceloname recordaba a algo del lejano pasado de nuestroa a separatista. Hablan con sal gruesa.

Hablo del proyecto que antes de verano pretenden aprobar de poner un tope máximo que los ayuntamientos ponen al alquiler de las capitales de provincia (en Berlín es de 1.100 euros. En Alemania gobierna una gran coalición conservadora y socialdemócrata). Por el contrario, en España  no está regularizado, y  las jóvenes parejas no pueden vivir en Madrid o Barcelona sino que tienen que irse fuera.

Sólo que peinan ganas saben que el pasado el franquismo aplicó dos medidas sociales, no comunistas, de protección a los desfavorecidos. Acabada la guerra el Ministerio de Trabajo y Seguridad social del falangista José Antonio Girón, y el Ministro de Vivienda, José Luis de Arrese, también falangista. Girón creó la Seguridad Social, y el vasco Arrese un alquiler social para que ningún español durmiera de bajo de un puente. En 1939 faltaban un millón de pisos, por eso era urgente ese Ministerio.

Nadie, que no esté loco, puede decir que el franquismo era un gobierno sociocomunista. Son las ventajas de tener conocimientos de la Historia

Roberto Giménez