La estación de Bifurcación de Montcada i Reixac es “el Punta Cana los grafiteros”, afirma la policia local de la localidad en sus redes sociales. No les falta razón. Allí, más que en ninguna parte se concentran los grafiteros para pintar trenes enteros. Y en ocasiones, para hacerlo, vienen de muy lejos, más allá del área metropolitana de Barcelona e, imcluso, de fuera de Cataluña.

Este lunes la policía local recibió el aviso de la presenciae de 2 individuos con capucha y guantes que llevaban una bolsa y parecían”interesados” en coches.

Al ver a la policía salieron corriendo pero los pillaron. No se trataba de ladrones de coches sino de grafiteros que habían hecho 500km para pintar trenes, según relata la policía. A ambos les aprendieron abundante material con el que pretendían realizar sus actos vandálicos.

Y este no es ni mucho menos un caso aislado, sino uno más de una cadena. El pasado mes de noviembre los Mossos d’Esquadra detuvieron a dos grafiteros que agredieron a un vigilante de seguridad en la estación de Montcada Bifurcació. Los hombres, además, les amenazaron con un cuchillo y una botella de vidrio rota.

Los dos hombres, de 24 y 27 años eran vecinos de Vizcaya y Barcelona, respectivamente, y estaban pintando varios convoyes en la zona de talleres de la estación.

En julio de 2018 las cámaras de seguridad de Montcada i Reixach–Santa Maria captaron cómo tres chicos pintaban la mayor parte del lateral de un tren durante el tiempo que estuvo en el andén.

Renfe calcula que de los 270 trenes que operan diariamente en Catalunya, prácticamente todos (el 87%) presentan algún tipo de pintada. Esta situación lleva de cabeza a los responsables del operador ferroviario ya que devolver la dignidad a los vehículos supone una inversión millonaria en tareas de limpieza.

La empresa pública concesionaria del servicio de Rodalies destina, sólo en Catalunya, 10 millones de euros al año en recursos para eliminar los rastros de pintura de la carrocería de sus vehículos.