No es ninguna inocentada: el año se va al garete y és el momento de hablar de buena o mala suerte; qué en la viña del señor, se tiene o no se tiene.
Casi ya en el dos mil veinte hay que pedir a los Reyes, un montón de cosas buenas viendo cómo está el ambiente; pues lo de que “pintan bastos” va repitiendo la gente.
En el año que concluye han pasado muchas cosas y para el casi estrenado está muy turbia la cosa; todo apunta que será de espinas, y no de rosas.
Con qué, ojo al parche amigos, brindemos por lo fraterno. Qué vivir son cuatro días y hay que vivirlos contentos. Les pido que me hagan caso, y muy feliz año nuevo.