Francisco Barbachano
Después de cuatro Elecciones
sin que haya gobierno estable,
la parida del 10 N
con Rivera ha acabado.
Es obvio qué, el barcelonés,
él sólo se lo ha buscado.
 
Rivera llegó “en pelotas”
y “en pelotas” ha dejado
por su obsesión de poder
al Partido Ciudadanos;
le honra su dimisión,
tras habérselo cargado.
 
Se lo advirtieron los suyos
al observar sus bandazos.
Más de uno dimitió
pero Rivera, ni caso;
siguió su ego mandando
y cayó en el descalabro.
 
‘Quien mal anda, mal acaba’
dice el refrán popular
y es claro que Albert Rivera
ha acabado más que mal;
no midió bien la caída,
de su último salto mortal.
 
Francisco Barbachano