
Apreteu, Apreteu! Esto lo dijo el presidente de la Generalitat Quim Torra el 1 de octubre de 2018 en Sant Julià de Ramis. Estamos a las puertas de otro 1 de octubre y las cosas no son igual. Muchas de las personas que estén leyendo estas palabras vivieron en su propia carne los hechos ocurridos desde el 6 de septiembre al 27 de octubre de 2017. Algunos lo vivimos en propia carne al estar involucrados dentro de un partido político. Fue una persecución al hombre. Un ataque directo contra todo aquello que no era lo que ellos pensaban. Insultos, persecución y menosprecio. Poco les importaba si tenían o no razón. El hecho era atacar al que no era independentista.
Han pasado dos años de aquellos hechos y la película no es la misma. Algunos de los que nos dejaron de hablar siguen sin hacerlo, pero mejor. No sabíamos como echarlos de nuestras vidas. Pero esto no es lo importante. A parte de los que siguen viviendo en un mundo feliz gracias a las subvenciones, el resto ya no piensan igual o, si siguen pensando de la misma forma, se han dado cuenta que nada de lo prometido ha ocurrido lo ocurrirá.
Y es que ahora están preparando un próximo 1 de octubre y la sentencia del proces. Por lo que se respira en el ambiente -y los líderes del procés lo saben- la sentencia no será como la que ellos habían considerado. Se intentó vender una mentira -otra más- por la cual la sentencia sería muy liviana y gracias al gobierno saldrían al día siguiente de la cárcel. La realidad es que los cargos -y los líderes del procés lo sabían- eran muy graves y les caería una condena ajustada a la realidad de lo que ocurrió.
Incluso el PSOE está dando un paso al lado al respecto y ya está diciendo que si ocurre alguna cosa no les temblará el pulso para aplicar de nuevo el 155. Y sólo ha faltado encarcelar a 7 CDR preparando posibles atentados. Y es que los comentarios de Torra y sus acólitos han sido, de nuevo, un cúmulo de mentiras. Ha dicho que querer comparar a ETA y el nacionalismo vasco es una falacia. Lo mismo que Terra Lliure y el independentismo. Torra, tan inteligente que dice es, se equivoca. ETA quería la independencia de Euskadi. Por eso la apoyó -en la sombra el PNV- hasta que se dieron cuenta los políticos que no iban a ningún sitio con esta actitud. Lo mismo ocurría en Cataluña. Digámoslo claro. “El independentismo catalán de ERC nunca ha sido violento”. Buenos, si descartamos los “escamots” de los hermanos Badia y los más de 8.000 asesinados en la retaguardia, pues sí, son pacíficos.
El problema que estamos viviendo actualmente en nada se parece al 2017. En aquel momento tenían una posibilidad, mínima, de poder conseguir sus presuntas reivindicaciones. “Posibilidad mínima” y lo entrecomillo porque era esto. Pero existían. Ahora vuelven a calentar los ánimos sabiendo que su tiempo ha pasado. Ahora ya no hay posibilidades y, en contra tiene a una serie de personajes encarcelados y pendientes de una condena severa por lo realizado. El problema es que llevan tanto tiempo viviendo y hablando de lo mismo que han de seguir con la misma matraca. Tanto el “govern” como “ANC” “Ómnium Cultural” “CDR”. Todos ellos llevan muchos años viviendo muy bien de la independencia y, por nada del mundo la desean, pues se les acabaría el chollo.
Y encima nos enteramos que Torra les iba a facilitar a los CDR entrar en el Parlament el 1 de octubre. Y no pasa nada. La gente ríe. Porque es muy gracioso. ¿A ustedes no les hace gracia? A mi no. Mientras tengamos un demente al frente de la Generalitat, Cataluña no tiene remedio. Mientras tengamos unos políticos más pendientes de su subsistencia mensual que del bien común, no tendremos remedio. Mientras la gente no se de cuenta de la gran mentira del independentismo, no tendremos remedio. Mientras se piense en quimeras irrealizables, no tendremos remedio. Cataluña no tendrá remedio hasta que no se haga mayor y piense más en el bien común que en el bienestar de unos pocos vividores del procés.