Cada día que amanece uno grande se nos va: Blanca Fernández Ochoa y un Camilo Superstar. Ellos son reconocidos, por su fama universal.
Pero a diario hay miles que nos dejan sin cesar. Miles de seres anónimos entrañables, por demás; que sus vidas cercenadas, son recuerdo nada más.
Y es que la muerte no avisa a la hora que ha de llegar; y cuando menos la esperas con la parca has de marchar, aunque te venga de nuevo su forma de viajar.
Se habla de seguridad sabiendo que és una quimera; porque no hay nada seguro en esa bendita tierra. Sólo la muerte és segura, pese a que nunca se espera.