No les digo adiós amigos ni tampoco hasta mañana, pues hasta el treinta de agosto mis ripios se van de playa a remojar sus ideas que el calor las deshidrata.
Espero que ese verano favorezca sus anhelos; les colme de bienestar y logren todos sus sueños: sueños para el otoño y también para el invierno.
Que será otoño caliente no lo duden ni un momento; pues entre Iglesias y Sánchez calentaran el ambiente. No será golpe de calor, pero será un duro septiembre.
Pero me he ido del tema y me disculpo por ello. ¡Que pasen un buen verano és todo lo que deseo! Ya saben, el treinta de agosto, mis ripios vuelven de nuevo.