Francisco Barbachano
No les digo adiós amigos
ni tampoco hasta mañana,
pues hasta el treinta de agosto
mis ripios se van de playa
a remojar sus ideas
que el calor las deshidrata.
 
Espero que ese verano
favorezca sus anhelos;
les colme de bienestar
y logren todos sus sueños:
sueños para el otoño
y también para el invierno.
 
Que será otoño caliente
no lo duden ni un momento;
pues entre Iglesias y Sánchez
calentaran el ambiente.
No será golpe de calor,
pero será un duro septiembre.
 
Pero me he ido del tema
y me disculpo por ello.
¡Que pasen un buen verano
és todo lo que deseo!
Ya saben, el treinta de agosto,
mis ripios vuelven de nuevo.
 
Francisco Barbachano