Entada de El Champanillo en Mollet

El grupo de bares de tapas el Champanillo situados en Barcelona, Mollet del Vallès, Cardedeu y Calella, se enfrenta desde hace dos años al Comité Interprofessionnel du Vin de Champagne, la poderosa organización que defiende la denominación del espumoso francés, por el nombre de sus establecimientos. La batalla legal en curso es muy desigual, pero el establecimiento regentado por el cardedeuense David Iglesias va ganando la batalla y ahora esta se traslada al seno del Tribunal de Justicia europeo.

En el 2017 el Comité Interprofessionnel du Vin de Champagne demandó a Iglesias en los juzgados mercantiles de Barcelona por una supuesta infracción de la denominación de origen Champagne y pidió al juez que obligara al empresario a cesar el uso del nombre Champanillo en sus bares de tapas, retirara cualquier cartel o referencia (incluidas en la web), cancelara el dominio champanillo.es y se le condenara en costas.

En julio del 2018 llegó la sentencia. Javier Fernández, titular del juzgado mercantil 6 de Barcelona, desestimó la demanda al entender que “la evocación que el uso de Champanillo puede generar respecto de la denominación Champagne es tenue e irrelevante”. “Cualquier evocación no justifica la infracción (…) y el producto al cual se aplica el nombre Champanillo, que no es vino o bebida alcohólica sino el nombre de un bar, difiere tanto de los productos amparados por la denominación Champagne que la semejanza fonética no provoca evocación”.

La organización defensora de la denominación de origen Champagne apeló la sentencia a la Audiencia de Barcelona, que hace una semana, según ha informado La Vanguardia, dictó una providencia en la que comunicó su intención de plantear una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la UE. “La consulta a Luxemburgo se refiere a hasta qué punto se puede utilizar un nombre que podía evocar una denominación de origen protegida, teniendo en cuenta, además, que la normativa hace referencia a los productos, pero no a los servicios”, explica el rotativo.

Ahora la lucha desigual entre una corporación que representa miles de millones de euros de intereses y una pequeña cadena de bares de tapas queda en manos del tribunal europeo.