En primera votación se cargaron a don Pedro tal como estaba previsto en los privados acuerdos; que hay mucho showman oculto, en el ilustre Parlamento.
Le dijeron tantas cosas al candidato electo, que resultó hasta aburrida la verborrea en concreto de algunas señorías, con escaño en el Congreso.
La segunda votación fue escandalosa y fallida; fue un insulto a la inteligencia sin respeto ni medida entre Iglesias y entre Sánchez, para el logro de más sillas.
Lo que menos importó fue el bienestar ciudadano; aunque eso no és nada nuevo ni en invierno, ni en verano, que eso pasa con frecuencia con esos apoltronados.