Francisco Barbachano
 Con un redito goleador
de tres goles, el gran Barça,
es del todo incomprensible
quedar descalificado.
¡Bravo pues al Liverpool,
porque eso merece un bravo!
 
No ha quedado en el tintero
ni tan solo un adjetivo,
para calificar el encuentro
desastroso de unos divos
qué, absorbidos por el clima,
se nos quedaron dormidos.
 
Pedir perdón es honesto
pero no consuela a nadie.
Tampoco las autocriticas
evitan esos desastres;
que un equipo como el Barça,
ha de evitar los desmadres.
 
El cabreo general
del “cule” decepcionado,
ha de pasarle factura
a tanto privilegiado.
Todos son grandes figuras:
pero eso hay que demostrarlo.
 
Francisco Barbachano