El detenido impartía música en la Escola Sant Gervasi en horario extraescolar

La sección quinta de la Audiencia de Barcelona ha condenado este lunes al profesor de música de Mollet a una pena de siete años y once meses de prisión por un delito de pornografía infantil y cuatro de descubrimiento y revelación de secretos por haber fotografiado las piernas del entrepierna de cuatro menores. El profesor no deberá ingresar en prisión por que la sentencia se ha dictado tras el acuerdo extrajudicial entre la fiscalía, la defensa y las acusaciones.

Tres de las menores fueron fotografiadas durante una actividad extraescolar de música en el Colegio Sant Gervasi de Mollet del Vallés, donde el autor de los hechos hacía de monitor de la actividad. La cuarta menor era una familiar suya que fue fotografiada en una piscina hinchable. La sentencia se ha dictado tras el acuerdo entre la fiscalía, la defensa y las acusaciones, entre las que estaba la escuela. Pascual ha reconocido los hechos y ha aceptado la condena. No deberá ingresar en prisión porque ninguno de los delitos implica una pena de más de dos años, pero deberá cumplir varias medidas de control.

Durante cinco años no podrá residir en Mollet del Vallés, no podrá acercarse a menos de un kilómetro ni podrá comunicarse con las víctimas, no podrá realizar trabajos que impliquen el contacto con menores, deberá participar en un programa de tratamiento psicológico y psiquiátrico en un centro público y cada seis meses deberá comparecer ante las autoridades policiales para explicar sus actividades.

El autor de los hechos deberá pagar 8.000 euros a la familia de cada una de las menores afectadas, con un total de 32.000 euros. En los tres casos que se produjeron los hechos en el centro escolar, éste se compromete a hacerse cargo de forma subsidiaria. Inicialmente, antes del acuerdo al que se ha llegado, la fiscalía pedía un total de 20 años de prisión.

Los hechos ocurrieron entre el 2013 y el 2015. La policía española relacionó un correo electrónico con un portal que difundía fotografías de partes íntimas de niñas de entre seis y once años. La investigación llevó al registro de un domicilio donde se intervinieron varias tarjetas de memoria, un ordenador y dos móviles y encontró que se compartían 13 carpetas con 4.014 archivos de contenido relacionado con la pornografía infantil a través de una comunidad virtual de la que el acusado que este lunes ha sido condenado era administrador.