Por miles pueden contarse esos versos de mis ripios: en la radio, en la prensa, y que ahora en digital escribo: “Los ripios de Barbachano” que agradecen ser leídos.
Han hablado de política, de hombres, mujeres y niños; de eventos muy desgraciados y de otros muy bienvenidos: ripios, tan sólo ripios, de diversos contenidos.
Unos han sido halagados; otros no bien recibidos, que es el juego democrático de quienes los han leído. ¡Gracias a unos y a otros, sean o no bienvenidos!
Les prometo aplicarme y buscar nuevos caminos; porque me aburre un montón hablar de nuestros políticos que son, mayoritariamente, debilidad de mis ripios.