
El presidente de la Diputación de Barcelona, Marc Castells, inauguró ayer sábado, junto con el alcalde de L’Ametlla del Vallès, Andreu González, la pasarela sobre la autovía C-17 que une el centro urbano del municipio vallesano con el barrio del Pinar de Rosanes y el centro comercial Sant Jordi.
A la llegada a la Ametlla del Vallés, el presidente de la Diputación de Barcelona ha sido recibido por el alcalde y miembros del equipo de gobierno municipal. Acto seguido, al pie mismo de la pasarela, Marc Castells ha firmado en el Libro de Honor del Ayuntamiento. Después, las autoridades han subido hasta la mitad del puente para proceder al corte de cinta inaugural.
Ya al otro lado de la estructura, han tenido lugar los parlamento de inauguración. En su intervención, el presidente de la Diputación de Barcelona ha afirmado que «la movilidad y la accesibilidad son elementos fundamentales del bienestar y la calidad de vida en la sociedad actual y garantizarles forma parte del servicio público que deben prestar los gobiernos locales ».
Castells ha añadido que «hemos hecho una obra accesible y sostenible que beneficia a todos: las personas, los ciudadanos de l’Ametlla, las empresas, los comercios y el medio ambiente, al hacer posible una movilidad lenta en un recorrido corto» .
Por su parte, el alcalde de L’Ametlla del Vallès, Andreu González, remarcó que «esta pasarela nos ayuda a hacer más pueblo y un pueblo mejor». González ha matizado que sacar adelante la obra «no ha sido fácil» pero, «finalmente hemos hecho una Ametlla más viva y mejor conectada».
La pasarela, que se utiliza desde finales de diciembre pasado pero faltaba instalar los ascensores que hay en los extremos, elimina una importante barrera de comunicación y facilita la mejora de la movilidad sostenible, ya que permite el acceso de peatones y ciclistas y la consiguiente reducción del uso de automóviles.
Los trabajos, que comenzaron en febrero del año pasado y comportaron el corte de la circulación de la C-17 durante dos noches de agosto, han consistido en la instalación de una pasarela sobre dos arcos metálicos de 57 metros de luz, además de dos ascensores y escaleras de acceso, así como la instalación de alumbrado.
La obra ha tenido un coste de 612.000 euros, de los que la Diputación ha aportado 215.000 euros.