El joven agredido junto a su madre

El juicio en la Audiencia de Barcelona contra tres jóvenes de Granollers por la brutal agresión a otro joven, vecino de Montcada i Reixac, Sergio Marmol que se quedó por ello en silla de ruedas ha quedado visto para sentencia este lunes al mediodía después de que las dos de las tres defensas hayan inculpado el otro acusado y éste ha hecho a la inversa.

La víctima fue agredida una madrugada de noviembre de 2015 a la salida de una discoteca de Malgrat de Mar y sufrió graves afectaciones neurológicas tras recibir fuertes impactos en el cráneo. La fiscalía y la acusación particular pedían 1,2 millones de euros de indemnización y 14 años de prisión para los tres jóvenes de Granollers por intento de asesinato, pero el ministerio público ha rebajado la petición de prisión a seis años por intento de homicidio con dolo eventual.

Según las acusaciones, hacia las cinco y media de la madrugada del 22 de noviembre de 2015, a la salida de una conocida discoteca de Malgrat de Mar, hubo una pelea multitudinaria entre dos grupos de jóvenes. Sergio Mármol recibió un puñetazo en la cara de parte de uno de los acusados, Mamare D.B., de origen subsahariano, que lo tumbó en el suelo. En ese momento, los otros dos acusados, Miquel P.S. y Ramon S.C., que ya se iban del lugar en coche, fueron alertados de la pelea y volvieron rápidamente con el vehículo. Bajaron corriendo y dieron varias patadas, junto con el otro acusado, a la cabeza del joven que estaba en el suelo medio aturdido, provocándole graves traumatismos craneoencefálicos.

El joven, que entonces tenía 21 años, fue atendido en el hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, ​​entre otras, fractura de la base del cráneo, fractura occipital y temporal, y numerosas hemorragias intracraneales. Estuvo seis meses en coma profundo y podría haber muerto, pero finalmente sobrevivió. En la actualidad tiene lesiones neurológicas irreversibles, sufre tetraparesia, va en silla de ruedas porque casi no se aguanta derecho, tiene problemas de movilidad en los dedos de las manos, dificultades para mantener la cabeza erguida y hablar, defectos de oído y visión , y disfagia, lo que le impide comer y beber con normalidad, además de provocarle frecuentes atragantamientos. Además, el carácter se le ha vuelto más agresivo, tiene lagunas de memoria y las facultades cognitivas y madurativas disminuidas. Depende las 24 horas del día de una tercera persona.

Según las acusaciones, los dos últimos acusados ​​habían estado con el primer acusado en la discoteca, y se habían enfrentado con la víctima. En la primera sesión del juicio declararon una decena de testigos que dieron versiones diferentes e incluso contradictorias sobre lo que ocurrió aquella madrugada, incluso contradiciendo declaraciones suyas en el juzgado de instrucción. Esto lo han aprovechado las acusaciones para asegurar que los testigos habían conchabado para exculpar dos de los acusados ​​y dar toda la culpa al joven de origen africano, y las defensas han asegurado que estas mismas contradicciones debían provocar la absolución. De hecho, el joven de origen africano es el único acusado que ha reconocido que golpeó a la víctima, pero no que le diera ninguna patada en la cabeza

Diversos médicos forenses explicaron que las lesiones craneales no se habrían podido producir con un solo puñetazo ni cayendo al suelo, sino que fue más de una vez con objetos contundentes, como botas, cuando el joven ya estaba en el suelo. La acusación ha recordado que la víctima no presentaba señales de defensa, sino que recibió golpes en la cabeza cuando ya estaba totalmente indefenso, y que todas las lesiones eran en el cráneo, sin ninguna otra parte del cuerpo afectada. Uno de los abogados defensores dijo que su cliente iba con zapatillas deportivas blandas y no duras.

La víctima no ha declarado hoy ya que la fiscalía y la acusación no lo han visto necesario. En sus conclusiones definitivas, las defensas pidieron la absolución o, subsidiariamente, condena por lesiones o intento de homicidio desistido y con imprudencia grave con atenuante de consumo de alcohol y drogas. Además, la primera defensa remarcó que ningún testigo vio a su cliente golpear con el pie la cabeza de la víctima, mientras que las otras dos defensas alegan que los testigos han ido cambiando de versión y el primer acusado también, lo que les resta credibilidad. Aparte, aseguran que los mensajes de audio grabados por un testigo en un grupo de ‘whatsapp’ no son concluyentes y que los aportó un joven por intereses «espurios».

En todo caso, aseguran que los supuestos agresores no tenían intención de matar a la víctima, sino como mucho de lesionarlo, y que sus clientes se fueron de allí rápido por miedo.El primer acusado, Mamare D. B., está en prisión preventiva desde diciembre de 2015, mientras los otros dos lo están desde mayo de 2017. Tanto en los pasillos como en la sala de vistas de la Audiencia, los familiares y amigos de la víctima han increpado a los tres acusados, sobre todo a los dos últimos. Los tres han utilizado el derecho al último turno de palabra para lamentar las secuelas sufridas por la víctima, y ​​el joven de origen africano le ha pedido disculpas. Los otros dos acusados se han declarado inocentes.